‘Zarzuela en Danza’, en Veranos de la Villa
El Teatro de la Zarzuela llega a la programación de Veranos de la Villa del Ayuntamiento de Madrid, y lo hace por todo lo alto con su producción ‘Zarzuela en danza’, un espectáculo teatral diferente planteado como una fiesta que alegrará Patio Central del Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque con tres funciones del 25 al 27 de julio (22h00). Se trata esta de una historia que recorre algunas de las más atractivas escenas de baile y danza de la historia de la Zarzuela, con la irrenunciable compañía del canto y la emoción mágica de un texto que también baila, concebido por el polifacético y reconocidísimo dramaturgo Álvaro Tato. El argumento echa a andar en brazos de un enigma: “Un bailarín tiene un sueño recurrente en el que persigue a una sombra misteriosa”. José Antonio Irastorza, al frente de la Orquesta titular de la Compañía Lírica Amadeo Vives, será el director musical de este montaje que cuenta con la dirección musical y la coreografía de Nuria Castejón.
De lo que se trata en ‘Zarzuela en danza’ es de navegar, con el viento a favor y las velas bien abiertas, por los océanos infinitos de las obras maestras que para ser danzadas compusieron los genios indiscutibles del género en las dos orillas: Bretón, Chapí, Chueca, Vives, Giménez, Soutullo y Vert, Lleó, Lleó o Roig, con el flirteo añadido de alguna nueva canción popular.
Los bailarines son Cristina Arias, Marián Alquézar, David Acero, Ángel Capel, Andro Crespo, María Ángeles Fernandez, Lucía Fernández, Olivia Juberías, Daniel Morillo, Carla Prado, Luis Romero y Cristian Sandoval, y del indiscutible valor de la producción son también culpables la escenografía de Carmen Castañón, el vestuario de Gabriela Salaverri y la iluminación de Eduardo Bravo. Eduardo Cortés, a la guitarra flamenca y al cajón flamenco, acompañará a en escena a la compañía.
Tradición y travesía
Y ‘Zarzuela en danza’ es también tradición. Tradición de raíces profundas. Tradición por los cuatro costados. Tradición en cada poro abierto. Enseñanza de un aprendizaje que viene de lejos; de quienes fueron maestros y antes discípulos de otros maestros que a su vez fueron discípulos, y así hasta los límites del conocimiento. Nuria Castejón quiere así rendir homenaje a la prodigiosa herencia de sus padres: “el amor a la zarzuela y, al mismo tiempo, a mi profesión”, porque la zarzuela nos ha acompañado a lo largo de nuestras vidas, “como parte discreta y permanente de nuestras pasiones comunes y nuestros paisajes cotidianos”. Y avisa a navegantes: “Este es un espectáculo que los amantes de la zarzuela y de la danza no deben perderse, es un emocionante viaje a través de los parajes y horizontes de la Zarzuela, contado desde la Danza”.
Ambos directores nos proponen, a través de la dramaturgia creada por Álvaro Tato, un paseo que tiene como excusa y principio de aventura ese sueño del bailarín que persigue una sombra. Esperanzado asedio que milagrosamente deriva en un viaje de varios siglos, en una travesía que recorre los diversos estilos de danza que han jalonado la historia del género lírico español.