Iboga Summer Festival 2019 concluye la edición más exitosa
Iboga Summer Festival ha finalizado tras cinco intensos días. La playa de Tavernes de la Valldigna ha emplazado a 50.000 asistentes que han vivido con mayúsculas la experiencia Iboga.
Sobre un recinto ubicado a un minuto de la playa se ha dispuesto un manto verde de césped natural plantado para la ocasión con meses de antelación, cuatro singulares escenarios, multitud de elementos decorativos, una zona gastronómica de primera calidad y puntos de refresco en abundancia.
El Main Stage ha sido testigo de conciertos de bandas como Orishas, Asian Dub Foundation, Fanfare Ciocarlia, Femi Kuti & The Positive Force, Natty Bo -líder de Ska Cubano- & Soweto, La Pegatina, Dubioza Kolektiv o La P’tite Fumée, entre muchas otras. En total más de 80 actuaciones musicales repartidas también por la Carpa de Circo y el Dub Corner, novedad en esta edición. Tres escenarios musicales que se iban alternando para ofrecer un amplio repertorio de sonidos balkan, ska, reggae, dub y world music. La programación musical ha sido incesante, apenas ha habido descanso, y el público ha respondido con bailes, sonrisas y una comunión perfecta entre los allí citados. La Carpa Cultural era el complemento perfecto para la realización de actividades, con talleres de Chi Kung, de arquitectura ecológica o sexualidad tántrica, entre otros.
El buen ambiente ha sido la tónica predominante. El festival se plantea pensando en la comodidad de los asistentes. La zona de acampada se ha dispuesto con sombras en su totalidad, césped natural donde ubicar las tiendas, duchas y aseos de lujo, zona de caravanas y furgonetas y un bar propio.
Las zonas de acceso al festival se han implementado con dos carpas extra, con sombra para descansar o tomar algo, puesto que la más grande disponía de una barra. En el interior del recinto existían multitud de zonas de refresco, fuentes, nebulizadores en el interior de las carpas o el icónico elefante iboguer@ tirando, sin descanso, agua por la trompa.
Elementos decorativos y funcionales muy presentes en todo el recinto, el globo aerostático entre ellos, una cocina internacional y local elaborada al momento frente a una carpa sombreada donde degustarla y un sistema de pago en la pulsera, han sido otros elementos que han reforzado el bienestar existente. Y con el lujo que supone tener la playa a escasos metros.
La ecología, sostenibilidad e integración son otros ejes sobre los que gira el festival. Mínimo impacto sobre el entorno, reducción al máximo de residuos, uso de vasos reutilizables, acogida de más de 60 refugiados a los que se les ha invitado a disfrutar la experiencia, en colaboración con CEAR, o la novedad de #IbogaChallenge con recogida de plásticos en la zona para crear la escultura del pato iboguer@.
El evento ha generado un impacto económico de 1,6 millones de euros en la playa de Tavernes de la Valldigna, 100% de ocupación en alojamientos turísticos y, en palabras de Santi Escrivà, presidente de Aceplat, ‘la hostelería sube un 40% más de miércoles a viernes y un 15% el fin de semana’.
La Organización ya trabaja en la edición de 2020 para la que pronto se conocerán novedades.