Diez rutas para descubrir la naturaleza madrileña
Los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid han destacado una decena de rutas para conocer la riqueza del medio natural de la región.
El Vellón, el Mirador de Peña Rubia, el Valle de Bustarviejo, El Sotillo, Gascones, Sevilla la Nueva, el embalse de Picadas, la Senda de Valmores, Oteruelo del Valle y la Senda de los Molinos son las rutas elegidas por los Agentes Forestales para este periodo festivo, que pueden consultarse en su página web.
Así, la ruta que proponen por el entorno natural de El Vellón es circular, sencilla y de unos cinco kilómetros. Partiendo desde el casco urbano del municipio, el paseante debe tomar el Camino Talamanca en dirección sur hasta llegar al camino de servicio del Canal de Isabel II (Canal del Atazar). Acto seguido se gira a la derecha hasta el cruce con la Colada del Calvario, para volver a girar a la derecha en ascenso. Primero entre fincas y finalmente entre dos tapias hasta que llegamos de nuevo al casco urbano de El Vellón.
El Mirador de Peña Rubia, en Colmenarejo, es otra sencilla ruta que parte del área recreativa de La Ermita, atraviesa un bosque mediterráneo y llega a uno de los embalses más grandes de la Comunidad de Madrid, el de Valmayor. En ella el viandante se encontrará con el ‘Pino Alto de Peñarrubia’, un pino resinero declarado ‘Árbol Singular de la Comunidad de Madrid’ que además puede servir de referencia, ya que está muy cerca del mirador y al pie del camino que lleva al embalse.
El paseo transcurre por sendas bien marcadas y es ideal para ir con niños, pues la dificultad además es baja. Desde el Mirador de Peña Rubia se puede disfrutar de maravillosas vistas al embalse de Valmayor, Las Machotas, Siete Picos, La Maliciosa, la Bola del Mundo e, incluso, al monasterio de El Escorial.
El Valle de Bustarviejo, también conocido como Valle Hermoso o de Los Abedules, ofrece una ruta idónea para los amantes de los caballos, ya que pasa cerca de varias hípicas. Tiene nueve kilómetros, pero hay tantas rutas posibles como caminos, todos bien señalizados, y se puede hacer “más larga o más corta”, en función de las fuerzas y ganas de andar o pedalear.
RUTA IDEAL PARA NIÑOS Y MAYORES
La senda botánica de ‘El Sotillo’ discurre por el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama, dentro del municipio de Villaviciosa de Odón. Es un recorrido circular de más de dos kilómetros, completamente llano y sin dificultades técnicas, ideal para ir con niños o con mayores.
La ruta atraviesa terrenos de máxima protección del espacio protegido y tiene rincones realmente bonitos. Está señalizada y cuenta con carteles que aportan información sobre las especies presentes. Es una masa forestal madura que, además, es fácilmente accesible desde la carretera M-501.
El punto de inicio de la ruta de Gascones es la estación homónima y finaliza en la Casa Forestal ‘La Tejera’, un camino suave, sencillo y de tan solo cuatro kilómetros (ida y vuelta). El camino atraviesa el robledal de la Dehesa de la Mata, que en primavera el paisaje es un festival de tonalidades.
En Sevilla la Nueva, los Agentes Forestales proponen una ruta circular de cinco kilómetros que transcurre por el Monte de Utilidad Pública ‘Dehesa Boyal, Charcas y Bañuela’, una dehesa de encinas que rodea al paseante con una vegetación que incluye retama, jara, romero, canutero o encina.
Durante el camino conviene no olvidar mirar al cielo, pues en esta zona son abundantes las rapaces como milanos, ratoneros o cernícalos. Con suerte, incluso se puede llegar a disfrutar de la majestuosidad del águila imperial ibérica.
Vía de ferrocarril en su día, la ruta del Embalse de Picadas se ha convertido en un sendero para ciclistas y peatones con siete kilómetros de terreno llano y dificultad baja, perfecto para rodar un poco o pasear con los más pequeños. El camino incluye rincones realmente curiosos como cinco puentes y un túnel por los que discurre.
SENDA DE VALMORES
En Nuevo Baztán, la Senda de Valmores resulta ideal, con sus cinco kilómetros, para recorrerla en familia. Parte del Arroyo de la Vega y alterna mosaicos de cultivos agrícolas con vegetación propia del ecosistema mediterráneo. En ella se encuentran los mayores quejigares de Madrid.
En su paseo se encuentran también algunos pinares y la llamativa coscoja, un tipo de encina presente solo en unos pocos lugares de la región. En el fondo del Valle de la Vega se conservan las ruinas del despoblado de Valmores. Además, Nuevo Baztán tiene un importante conjunto histórico del siglo XVIII, un buen ejemplo del barroco madrileño que, como subrayan los Agentes Forestales, “merece una visita”.
Otra de las rutas propuestas es la de Oteruelo del Valle y sus alrededores. La ruta transcurre por el Camino Natural del Valle del Lozoya, una vía pecuaria por la que solo pueden transitar peatones y ciclistas, lo que la hace perfecta para un paseo. La ruta se puede hacer completa o por tramos, en función de la capacidad o del plan de cada uno.
El camino es completamente llano y discurre entre el Puente del Perdón y el casco urbano de Rascafría, cerca del Río Lozoya. Tiene rincones sorprendentes como el Bosque Finlandés, que incluye un pequeño lago.
La zona más cercana a Rascafría tiene gran afluencia de público, por lo que se recomienda acudir pronto y no aparcar en lugares no habilitados para ello, pues podría dificultar la actividad de los medios de emergencia en caso necesario.
Por último, en Navalagamella se encuentra la Senda de los Molinos, que comienza y termina en el Mirador del Hondillo, una ruta circular de seis kilómetros idónea para cualquier momento del año.
Durante la ruta se puede disfrutar de los restos de los antiguos molinos harineros que había en la zona. Además, entre el río Perales y el pueblo hay numerosos búnkeres de la Guerra Civil, alguno de los cuales está señalizado y se puede visitar.