Amnistía fake
Por: Félix Rosado
Hemos pasado de las fake news a las leyes fake que se inventan los políticos españoles que buscan, a toda costa, mantenerse en el poder con una rocambolesca operación que de democrática tiene poco y de ética cero. Porque la democracia no se basa solamente en los números, es decir en el respeto a los resultados electorales, que, efectivamente, pueden convertir a los perdedores de las elecciones en gobernantes con las oportunas alianzas. Así es si tales alianzas se fraguan al amparo de la ley y de la veneración de la Constitución, la madre de todas las leyes.
No hay interés general alguno en crear una ley ad hoc para conseguir un objetivo político que pasa por encima de la Carta Magna cuando se crea una ley inferior que se salta a la superior, no hay interés general cuando los principales beneficiados son los que se asocian para cambiar la ley y conseguir uno el poder y otro, la impunidad a cambio de darle el poder al primero.
Nadie se imagina que lo que está sucediendo en España ocurriera en Reino Unido, Francia o Alemania, por poner tres ejemplos característicos de democracias de primer orden. No imaginamos a Macron negociando el Gobierno galo con un prófugo en la isla del Diablo. Aquí, los socialistas disidentes salieron corriendo para ver al fugado de Waterloo. Y si un socialista como Felipe González o Nicolás Redondo lo critica, ya saben lo que son para sus correligionarios, o viejos o fachas. No hay nada más faccioso que lo que está haciendo este gobierno falto de argumentos para tomar el poder por una puerta trasera ¡y negociando en el extranjero!
España se ha convertido de la mano de un PSOE desconocido en un país bananero, donde los intereses de unos pocos que se dicen progresistas se mueven como patos bolivarianos. Legislan a su antojo creyendo que los votos dan poder para interferir en la separación de poderes y, además, legislan mal, véase la ley del solo sí es sí. Y véase ahora esta ley de amnistía fake. No es casualidad que todo el mundo judicial esté en contra de este disparate. Parece que los únicos que están a favor son determinados jueces socialistas/ministros y magistrados envueltos con togas de un partido socialista que se manchaban con el polvo del camino y, ahora, se revuelcan directamente en el barro. La cuestión es saber también si esta amnistía fake ha sido redactada por jueces que estén en la judicatura del Tribunal Constitucional u otros, lo cual sería ya rizar el rizo de la injerencia política y de la dependencia, que no independencia, judicial.
Todos vimos por televisión el golpe de los separatistas catalanes. Y eso no fue un problema político. Es mentira que vayan a resolver un problema político o de convivencia con independentistas que no se arrepienten y que exigen más y más, ya que no se conforman con la amnistía. Igual que tampoco se han arrepentido los terroristas de ETA a los que el Gobierno beneficia igualmente a cambio de votos para tener el poder. Es indigno. Sólo la falta de escrúpulos y el todo vale impulsan a un grupúsculo de políticos que no tienen la mayoría social en la calle. Y para demostrar que la tienen en las urnas solo hay dos caminos: referéndum nacional, como hizo Felipe González cuando “cambió de opinión”, o repetir las elecciones.
La realidad es que la ley interesa a nivel personal a los golpistas liderados por el prófugo Carles Puigdemont y a quien acuerda con él su inmunidad, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que, en compensación corrupta, compra los siete votos claves para seguir en el poder.
La amnistía fake redactada es propia de leguleyos y de imposiciones. Imaginamos al presidente ordenando a su emisario a Bruselas: trae el acuerdo con Puigdemont como sea, no importa lo que ponga en el texto. Total, qué más da, el ordenante es un experto en mentir y solo hay que tirar de hemeroteca. Vean a Sánchez antes de las elecciones del 23J: “El independentismo lo que pide es la amnistía, algo que desde luego este gobierno no va a aceptar y que no entra en la legislación ni en la Constitución Española”. Por la boca muere el pez.