Sánchez acaba imitando a Franco

Por: José Antonio Martínez

El PSOE está tan obsesionado con Franco que en su neurosis ha decidido imitar al dictador. Pedro Sánchez acaba de sacar de la chistera un antidemocrático registro de medios de comunicación para controlar y amenazar con multas millonarias y hasta con el cierre a los medios críticos.
La vía elegida es un proyecto denominado pomposamente ‘Ley para la Mejora de la Gobernanza Democrática en Servicios Digitales y Medios de Comunicación’, que no es más que una medida coercitiva dirigida a todos los medios que no se han sometido al ‘pesebre’ gubernamental. Esta es la respuesta del autócrata de la Moncloa ante las informaciones que han destapado casos de corrupción protagonizados por su mujer y su hermano, así como por destacados dirigentes socialistas, como Ábalos, además de varios ministros y hasta el fiscal general del Estado.

La corrupción ahoga al Gobierno y al PSOE, a esos mismos que venían a redimir a los españoles precisamente de la corrupción del PP, y su reacción no es otra que la típica de matar al mensajero. Dimisiones, ni una, hasta ahí podíamos llegar. Asunción de responsabilidades, ni hablar. Basta con clamar que todo es un tremendo bulo de algunos medios -pseudomedios los califican despectivamente- con la colaboración de unos jueces a los que tachan de prevaricadores. El propio ministro de Justicia se suma diligente al vergonzoso ataque contra el poder judicial y todo para ganarse el hueso que le lanza su amo.

Del no hay nada, del todo es un bulo y fango, se ha pasado a unas causas judiciales que van cubriendo etapas de la manera más escrupulosa y con todas las garantías para los presuntos corruptos. Hoy mismo, la Fiscalía Anticorrupción se despacha con un escrito que pone la soga al cuello a Ábalos porque ve varios posibles delitos de cohecho en las actuaciones del entonces ministro de Transportes y número dos del PSOE.

Sánchez está rodeado por la corrupción, incapaz de gobernar por su precaria situación parlamentaria, sometido a los caprichos ilegales de un prófugo de la Justicia, y en vez de dimitir decide ir a por los medios críticos. El que presume de dirigir un Gobierno progresista -con socios ultraconservadores, xenófobos y herederos de la banda terrorista ETA- aprueba leyes al más puro estilo franquista. La creación ‘ad hoc’ de un registro de medios es una medida totalitaria que sólo persigue amenazar, hostigar y amedrentar a los medios que cumplen con su tarea de publicar todo lo que el Gobierno intenta ocultar. Franco estaría orgulloso de este alumno aventajado que es Sánchez.