Boris Izaguirre presenta su autobiografía en ‘Tiempo de tormentas’

El escritor Boris Izaguirre novela su autobiografía en ‘Tiempo de tormentas’ (Planeta), una obra que recorre desde sus primeros años en Venezuela hasta alcanzar la fama en España gracias a su aparición en televisión y que, para el autor, recorre también de la mano la historia de ambos países.

“El fracaso de Venezuela como país es algo que no viene de ahora ni se puede acusar solo a los dirigentes actuales de situarlo en el precipicio. Eso es algo que se ve en las páginas de esta novela, además de ser un fracaso doble, porque no ha sabido desarrollarse en estos nuevos tiempos”, ha explicado Izaguirre en un encuentro con la prensa para la presentación de su libro en Madrid.

En ‘Tiempo de tormentas’ Izaguirre mezcla nombres reales con ficticios para construir la historia de su vida. Desde la relación con su madre, que construyó “una torre” que le servía de refugio ante la cruel sociedad, hasta su aparición en ‘Crónicas Marcianas’ de la mano de Javier Sardá con la que se convirtió en un personaje mediático.

“Tenía todas las papeletas para no ser una persona pública ni aceptada. No tengo ningún virtuosismo pero probablemente mis padres pensaron que mi diferencia generaría un talento”, ha señalado el autor venezolano, quien durante la escritura reconoce que ha estado resonando el consejo de su madre: ‘no intentes llamar la atención porque ya llamas la atención’.

La fama y los sacrificios que Izaguirre tuvo que aceptar para llegar a ella recorren las páginas de este ‘Tiempo de tormentas’, y el escritor reconoce que al principio de su carrera era “algo urgente”. “Ahora veo a la fama más peligrosa, porque es una presión más: la fama te escoge a ti, te exprime y te vomita”, ha añadido.

 

EL RELATO DE UNA VIOLACIÓN

Uno de los capítulos más crudos del libro es cuando Izaguirre describe la violación que sufrió siendo adolescente por otros tres jóvenes. “No fue fácil salir ileso de eso, pero a esas personas no los volví a ver y no podría decir siquiera sus nombres”, ha reconocido el autor, quien ha señalado que fue un momento “muy importante” entre él y su madre.

“Recuerdo el inmediato después, llegar a mi casa y cómo mi madre me ayudó y me pidió que fuera sincero. Ese incidente violentó el edificio protector construido en torno a mi, pero lo importante para mi madre fue que no me desmoronara y culpabilizara a mi forma de ser de lo que había ocurrido”, ha defendido.

 

LA BELLE EPOQUE DE ‘CRÓNICAS MARCIANAS’

La llegada a España a principios de los 90 –que Izaguirre califica en la novela como ‘Belle epoque’– sirve a modo de crónica de un Madrid que Izaguirre afirma haber vivido “muy cerca, casi en segunda fila”. “Es una época de la que apenas se ha escrito: hubo un gran enfrentamiento con la corrupción, apertura al universo homosexual y, sobre todo, personajes que ya no están con nosotros”, ha lamentado el autor, quien habla por ejemplo en su libro del diseñador David Delfín.

También tiene una mirada amable respecto a sus años en ‘Crónicas marcianas’ y el aprendizaje que supuso ese tiempo al lado de Sardá. “Durante un tiempo de mi vida actué ante una audiencia, yo que nunca me imaginé subido a un escenario, y disfruté de ese desdoblamiento, era muchos Boris. Pero ahora intento duplicarme menos”, ha reconocido con humor.

La etapa final del libro se cierra con su estancia en Miami, donde reside ahora, aunque con ‘puente aéreo’ con Madrid. “Vivo en Estados Unidos, que no es nada libre, y eso me ha hecho pensar lo increíblemente libre que es España. Con la crisis pensamos que era el final de todo, pero ha habido una recuperación –que hemos tenido que pagar– necesaria para madurar”, ha concluido.