Carl Sagan, 25 años sin la voz del científico

Ediciones Península recuerda al laureado físico, Carl Sagan, en el 25 aniversario de su muerte con una reedición, que incluye un novedoso diseño de uno de sus famosos ensayos: La diversidad de la ciencia.

La diversidad de la ciencia, una visión personal de la búsqueda de Dios.

En esta obra póstuma, el brillante astrofísico y ganador del Premio Pulitzer Carl Sagan combina magistralmente astronomía, física, biología, filosofía, mitología y teología para explorar la relación entre religión y ciencia, y explicar el sentimiento casi místico que uno experimenta al admirar el universo.

En 1985, Sagan fue invitado a las prestigiosas Conferencias Gifford y el resultado de ese encuentro es esta maravillosa y personal exposición de sus observaciones y opiniones sobre temas mayores de la historia de la humanidad. Con un estilo claro y directo, sin academicismos ni tecnicismos, el autor aborda los temas clave de su obra como el origen del universo, la posibilidad de vida inteligente en otros planetas, el peligro de la aniquilación nuclear, el creacionismo y la posible naturaleza química de la transcendencia.

Las observaciones divertidas, sabias y a menudo asombrosamente proféticas de Sagan sobre algunos de los mayores misterios del universo tienen el efecto vigorizador de estimular el intelecto y la imaginación, así como de despertarnos a la grandeza de la vida en el cosmos.

 

Carl Sagan fue profesor de la cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias Espaciales y director del Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell; Distinguished Visiting Scientist del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) del Instituto de Tecnología de California y cofundador y presidente de la Sociedad Planetaria, la más importante del mundo dedicada a temas del espacio.

A lo largo de su vida, recibió numerosas distinciones (Premio Pulitzer, medallas de la NASA, el Premio Apollo, el Premio Masursky y la medalla del Bienestar Público de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos), y un asteroide, el 2709, fue bautizado con su nombre. Al concederle su premio más importante, la Academia Nacional de Ciencias constató: «Nadie ha conseguido nunca transmitir las maravillas ni el carácter estimulante y jubiloso de la ciencia con tanta amplitud como lo ha hecho Carl Sagan… Su habilidad para cautivar la imaginación de millones de personas y para explicar conceptos complejos en términos comprensibles constituye un magnífico logro».