El Thyssen muestra la primera retrospectiva de Georgia O’Keeffe

El Museo Thyssen presenta la primera retrospectiva en España de Georgia O’Keeffe, una de las máximas representantes del arte norteamericano del siglo XX, y cuya llegada a la pinacoteca española culmina “un deseo” de hace más de 20 años que se ha puesto en riesgo por la pandemia de coronavirus.

“Llevábamos muchos años queriendo hacer esta retrospectiva y desde el 2000 estaba en nuestra lista de deseos. La pandemia hizo que hubiera mucha incertidumbre para sacarla adelante y es casi un milagro haberla hecho”, ha reconocido el director gerente del museo, Evelio Acevedo, en la presentación.

La apertura de ‘Georgia O’Keeffe’ estaba prevista para el pasado mes de marzo, pero se vio retrasada por “complicaciones” de la pandemia –más de 30 instituciones están implicadas en los préstamos–. En total serán 90 obras de esta pionera de la abstracción, cinco de las cuales ya estaban en el Thyssen –el museo con más obras de la artista fuera de Estados Unidos–.

La comisaria de la muestra, Marta Ruiz del Árbol, ha reivindicado la importancia de O’Keeffe. “Además de estar al frente de la abstracción, tuvo una importancia notable en el desarrollo del arte de vanguardia en Estados Unidos. Pero también como referente para la primera generación de feministas de los años 60 y 70, que la reivindican como modelo en el que fijarse”, ha señalado.

 

UNA “INCANSABLE” EXPLORADORA

Nacida en 1887 en una granja de Wisconsin (hecho que le marcó durante el resto de su vida y así queda reflejado en su obra), O’Keeffe fue “una viajera” que usó los colores y las formas “para expresar lo que no podía con palabras”. Flores, graneros, cruces religiosas o paisajes son algunos de los temas que captaron la atención de la autora a lo largo de seis décadas.

“Fue una incansable exploradora de territorios que exploraba con el ritmo pausado del caminante y que prestaba especial atención a la naturaleza”, ha remarcado la comisaria. La retrospectiva empieza con una acuarelas y dibujos en los que renuncia al color para plasmar experiencias personales de forma abstracta –incluso un dolor de cabeza, por ejemplo–.

El cierre se produce con la muestra del trabajo de la pintora reconstruido en su estudio. Entre medias, casi un centenar de obras que van quemando distintas etapas, como ‘Gris, azul, negro, rosa, círculo’ –una representación abstracta para representar las danzas de los nativos americanos– o ‘Calle de Nueva York con luna’, una mezcla de arquitectura moderna relacionada con el cielo y la naturaleza.

 

PRIMERA VISITA A ESPAÑA

O’Keeffe no salió de Estados Unidos hasta superados los 60 años, y su primer viaje fuera fue precisamente a España en 1953 –influida por su estancia en Nuevo México–. Después, le seguirían años en los que estuvo casi pegada a un avión conociendo otras culturas –esto se reflejó en sus pinturas– hasta llegar a sus últimos años reduciendo cada vez más sus recursos expresivos y pintando de memoria debido a una ceguera progresiva.

“Esta artista no dejó de buscar caminos propios de percepción”, ha recordado Ruiz del Árbol, quien además ha resaltado su importante papel feminista. “Tuvo formación académica y fue una artista célebre de su tiempo que pudo vivir holgadamente de su arte, pero eso no le quitó de sufrir trabas. Algunos de sus amigos estudiantes le decían que debido a ser mujer, como mucho acabaría dando clases de pintura”, ha lamentado.

“No tengo dudas de que ella estaría orgullosa y agradecida por esta muestra”, ha reconocido el director del museo Georgia O’Keeffe, Cody Hartley, quien ha invitado a conocer “una notable iconografía americana: desde rascacielos a los graneros, que suponen un viaje universal” a través de la pintura.