Síndrome del Ojo Seco
Varios son los factores que pueden resentir la calidad de la película lagrimal de los ojos. Las largas horas que pasamos mirando al ordenador o el móvil sin a penas parpadear, la contaminación de la ciudad o la llegada de la primavera con el consecuente incremento de alergias, pueden hacer que aparezca sequedad ocular llegando a convertirse en una enfermedad crónica si no se trata correctamente.
El Síndrome del Ojo Seco (SOS) es un trastorno ocular de origen multifactorial que se produce por un déficit de hidratación, por falta de lágrimas (escasa producción o excesiva evaporación) o por producir lágrimas de mala calidad. Esta dolencia ha crecido en la última década hasta alcanzar a más de 5 millones de españoles.
Cada vez que parpadeamos, nuestros ojos se cubren de película lagrimal, una capa protectora necesaria para mantener una función ocular saludable, que se compone de agua, además de aceite, mucosa y otros componentes que funcionan como antibióticos naturales. Al parpadear, ese trabajo conjunto sirve para hidratar la superficie ocular y protegerla de los agentes irritantes que causan infecciones, como el polvo y otros cuerpos extraños. A su vez un movimiento horizontal en el párpado hace que los desechos del ojo se desplacen hacia el lagrimal.
Cuando cualquier parte de la película lagrimal se ve alterada por alguna obstrucción en los conductos, la superficie del ojo puede provocar síntomas como fatiga ocular, sequedad, sensación de escozor y ardor, inflamación y daño de la superficie ocular.
Es la dolencia ocular más frecuente entre la población española sin embargo, no se le presta una adecuada atención, indica Fabio Delgado director óptico “Cuando aparecen los síntomas más comunes como sequedad ocular, picor, enrojecimiento, visión borrosa o sensación de arenilla en los ojos, lo solemos asociar a algo pasajero y sin demasiada importancia. No somos conscientes que podemos tener alguna afección que nos impide tener los ojos hidratados y que empieza con una sensación de malestar pero puede ocasionar otros problemas mayores. Es muy importante llevar la corrección adecuada en gafas o lentes de contacto, de lo contrario se provoca un esfuerzo visual que hace que reduzcamos aún más el ritmo de parpadeo y por consiguiente aumentamos el riesgo de padecer ojo seco. Por eso son convenientes las revisiones periódicas, para llevar la compensación correcta”.
Un estudio de la Sociedad Española de Superficie Ocular y Córnea (SESOC), en el que participaron oftalmólogos europeos, reflejan que los participantes españoles refirieron que en sus consultas el 42% de pacientes con ojo seco eran mayores de 65 años, y un 39% tenían entre 45 y 65 años.
OJO SECO EN PRIMAVERA
Con la llegada de la nueva estación aparecen efectos medioambientales propios como el cambio de temperatura y la presencia de polen en el aire, que favorecen la aparición de ojo seco. En este sentido la prevención es importante pues es una época especialmente delicada para la salud ocular de la población. “Cuando llega la primavera se incrementan los casos de ojo seco y alergias oculares, por ese motivo se aconseja el uso de gafas o gafas de sol para minimizar el contacto con el polen mientras caminamos, al circular en moto o patinete por la ciudad o en cualquier otro espacio al aire libre”, explica Fabio Delgado.
Según el Institut Català de la Retina la contaminación en las grandes ciudades asociada con el polen que aparece al llegar la primavera puede provocar problemas en los ojos y las vías respiratorias en algunas personas, que frente a estos factores pueden experimentar una reacción inflamatoria que irrite mucosas, como puede ser la conjuntiva. Sus síntomas pueden ser parecidos a los de las alergias oculares, por lo que hay muchos pacientes que se visitan pensando que presentan un cuadro de ojo seco o alergia ocular, pero en algunos casos los síntomas provienen de una asociación de causas.
INCREMENTO POR EL USO DE PANTALLAS
El síndrome del ojo seco se puede producir por diversas causas como la edad, cambios hormonales más comunes en mujeres, porque alteran las glándulas lagrimales, la contaminación, o por el uso intensivo de las pantallas. La actividad tecnológica diaria está muy ligada al día a día de la población y sobre todo con una incidencia creciente en los últimos años entre los jóvenes, asociada al estilo de vida actual.
La pandemia ha tenido mucho que ver en el aumento de problemas y síntomas que han afectado a la vista como el mal del ojo seco, como apunta la Dra. Elena Barraquer, presidenta de la Fundación Elena Barraquer “en algunos casos de Covid, sobre todo en la primera ola, los pacientes presentaban síntomas leves de conjuntivitis. La mayor exposición a pantallas (móvil, tablet, TV) durante el confinamiento y el teletrabajo han incrementado los casos de ojo seco”. En cuanto a la patología visual que más ha aumentado, según su práctica diaria, ha sido “el número de pacientes a operar de catarata, probablemente por la saturación en los hospitales públicos dando prioridad a enfermos de Covid, como es hasta cierto punto lógico”.
Con respecto a consejos y cuidados de la gente joven tan expuesta a pantallas de forma continuada, la experta recomienda “utilizar lágrimas artificiales para mantener los ojos siempre bien lubricados e intentar -descansar la vista- durante unos 2 minutos de cada 20 minutos de pantalla, mirando a lo lejos sin fijar la mirada en nada concreto”.
CONSEJOS PARA ALIVIAR EL OJO SECO
– Descansar la vista de las pantallas de forma frecuente. Al mirar fijamente a una pantalla los parpadeos se reducen desde los 22 por minuto habituales a una media de 7.
– Evitar frotarse los ojos si hay sensación de arenilla.
– Uso de lubricantes oculares como lágrimas artificiales 3 o 4 veces al día o cuando tengamos alguna molestia.
– Prevenir la exposición directa a las corrientes de calefacción.
– Usar gafas y gafas de sol para minimizar el contacto de los ojos con el polen en primavera y protegerse del sol.
– Llevar la corrección adecuada en gafas o lentes de contacto.
*Fuentes: Cottet Óptica y Audiología, Dra. Elena Barraquer, SESOC (Sociedad Española de Superficie Ocular y Córnea), Institut Català de la Retina.