Teatros del Canal estrena una versión de ‘Los cuernos de Don Friolera’

Los Teatros del Canal estrenarán el martes 4 de marzo la versión que la directora Ainhoa Amestoy ha realizado de ‘Los cuernos de Don Friolera’ de Ramón María del Valle-Inclán.

Esta obra fue publicada en un único volumen hace justo cien años como una tragedia grotesca que forma parte de la denominada Trilogía de Carnaval, escrita por el autor gallego en un momento de plenitud literaria. Un año después de aparecer impresa Los cuernos de Don Friolera, Valle publicó ‘Las galas del difunto’, y en 1927 ‘La hija del capitán’.

Roberto Enríquez, en el papel de Don Friolera, encabeza un reparto que cuenta en su elenco con Nacho Fresneda (su contraparte, Pachequín) Lidia Otón, Ester Bellver, Pablo Rivero Madriñán, Miguel Cubero, José Bustos e Iballa Rodríguez.

Según Ainhoa Amestoy, la visión teatral de Valle-Inclán es “tan novedosamente rupturista que aún hoy conserva toda su modernidad”. Esa “modernidad” hizo que esta trilogía no se representara en su tiempo y, salvo representaciones aisladas, tardó en subir en los escenarios más de medio siglo después de su publicación.

“DESARROLLA LA ESTÉTICA DEL ESPERPENTO”

En ‘Los cuernos de Don Friolera’, ha explicado Amestoy, Valle “profundiza y desarrolla la estética del esperpento que había planteado en Luces de bohemia y presenta una misma historia en tres formatos distintos: unos títeres, una obra teatral al uso y un romance de ciego”.

Su protagonista es un militar que entra en una espiral de locura al recibir un texto anónimo con información infundada sobre su mujer. El teniente Friolera no sabe gestionar el bulo y es arrastrado a un aquelarre de celos y honra trasnochada.

Se sentirá espiado y juzgado por sus vecinos y conocidos, en un espacio a modo de contemporánea corrala, plaza pública, prisión o paredón, donde todos conocen sus miserias e intimidades. En ese ámbito, el teatro ha comentado que crecerá su inquietud e ira, hasta la tragedia final.

La propuesta de Amestoy está hecha “desde la sensibilidad ética y estética actual, que no puede quedar impasible ante la tétrica e insoportable realidad de que en España fueron asesinadas más de cincuenta mujeres en 2023 a manos de sus parejas o exparejas”.

UN “RETO” ESCÉNICO

“Con su tremendo humor y su tremenda crudeza teatral, me resulta como creadora escénica un reto enriquecedor poner en pie la propuesta teatral de Valle”, ha valorado la directora.

Para definir su puesta en escena, Amestoy recurre al expresionismo y a la nueva objetividad con el objetivo de plasmar una realidad exacerbada, cruda e implacable, y ahondar en los sentimientos más profundos del ser humano.

Elementos como el vestuario recogen las herencias del autor y su época, vistos desde el prisma de hoy en día, con aires que remiten a la pintura de Otto Dix o Julio Romero de Torres. Por su parte, la iluminación pasea por las diferentes geografías e historias que se presentan y la música acompaña permanentemente la bajada a los infiernos del protagonista, en un registro que va desde el techno a la música popular.