¿Vacuna? Te quieren tomar el pelo… Y lo sabes

Por: Laureano Benítez

La élite mafioluciferina que maneja el mundo a su antojo está compuesta por psicópatas, por sociópatas, por pervertidos, por corruptos, por conspiradores, por entidades malignas de apariencia humana, por destripadores, por Caligaris, por Frankesteins, por Mansons, por Faustos poseídos… pero, damas y caballeros, tras su apariencia monstruosa de poco menos que anticristos late también un corazoncillo que de genocidas les convierte en simples pícaros, en meapilas, en cantamañanas… corazoncillo que les lleva a cometer no solo fechorías infernales, sino también trampantojos, engañabobos, timos de toque incluso castizo y macarra, pues, guiados por esa picaresca que les nimba la cabeza, son capaces de ejecutar tocomochos ―vacumochos―, timos de la vacunita, espectáculos de auténticos trileros ―adivine… ¿dónde está la vacunita?, habiendo colocado una en cada cubilete―.

Lo más surrealista de estos timos es que tienen la desfachatez de proclamarlos a los cuatro vientos, como diciendo: «Voy a tomarte el pelo, y lo sabes». No es compasión por los pobres rebaños que pastorean, sino chulería, pues parecen decirnos: «Te voy a dar gato por liebre, me voy a sacar vacunas de la chistera, y voy a mostrarte el truco; te lo pondré a la vista, porque, como eres idiota, no te vas a enterar de nada, mentecato».

Hasta el momento ninguna vacuna ha sido elaborada siguiendo los protocolos habituales, basados en amplios y largos ensayos clínicos (y lo sabes). Esta anomalía ―ilegalidad― en la elaboración de las vacunas lleva a las empresas fabricantes a tener que confesar sin ambages que no hay estudios ni datos suficientes sobre las consecuencias de la vacuna a medio y largo plazo en muchos parámetros biológicos, con lo cual resulta que la administración de la vacuna a amplias capas de la población es lisa y llanamente un experimento genético, pues se está ensayando en ellas la fase III del ensayo clínico de toda vacuna. Es decir, que estamos ante una vacuna experimental ( y lo sabes).

Debido a esta irregularidad manifiesta, que imposibilita a estas vacunas la posibilidad de garantizar su seguridad y eficacia, los organismos competentes en el campo de los medicamentos han emitido autorizaciones temporales de emergencia, lo cual demuestra su provisionalidad.

Así, por ejemplo, el Departamento de Salud y Asistencia Social del Reino Unido y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios conceden la autorización a la vacuna Pfizer diciendo que «Este medicamento no tiene una autorización de comercialización en el Reino Unido, pero se le ha otorgado autorización de suministro temporal por parte del Departamento de Salud y Asistencia Social del Reino Unido y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios».

En la misma web del Minisetrio de Sanidad de España se hacía constar la salvedad de que hasta el momento no había ninguna vacuna aprobada por la Agencia Europea del Medicamento, pero, ante el revuelo que produjo esta noticia, se apresuraron a corregirla, afirmando falsamente a los pocos días que sí se había aprobado la vacuna.

Esta misma estrategia es la que ha seguido la FDA americana ―Food and Drug Agency― para conceder una autorización provisional de emergencia ―EUA― a  las vacunas Moderna y Pfizer en USA

(https://www.fda.gov/media/144625/download). En el dossier mediante el que autoriza las vacunas, se repite insistentemente que no es una vacuna aprobada ―¿será para cubrirse las espaldas en caso de tener que responder a indemnizaciones por efectos adversos?―: «No existe una vacuna aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) para prevenir el COVID-19. Lea esta hoja informativa para obtener información sobre la vacuna contra el COVID». «La vacuna contra el COVID-19 de Pfizer BioNTech es una vacuna no aprobada que puede prevenir el COVID-19». No existe una vacuna aprobada por la FDA para prevenir el COVID-19. La FDA ha autorizado el uso de emergencia de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer BioNTech para prevenir la infección por el COVID-19 en personas mayores de 16 años bajo una autorización de uso de emergencia (EUA)». ¿SE HA USADO ANTES LA VACUNA CONTRA EL COVID-19 DE PFIZERBIONTECH? La vacuna contra el COVID-19 de Pfizer-BioNTech es una vacuna no aprobada». «La vacuna contra el COVID-19 de Pfizer BioNTech no ha sido sometida al mismo tipo de revisión que un producto aprobado o autorizado por la FDA».

Otro hecho de enorme relevancia que se afirma sin ningún pudor en el prospecto de la vacuna Pfizer ―extensible a la de Moderna y AstraZeneca― es que se confiesa abiertamente que la vacuna no sirve para prevenir contagios: «Al igual que con cualquier vacuna, la vacunación con la vacuna BNT162b2 de ARNm de COVID-19 puede no proteger a todos los receptores de la vacuna». De la misma opinión es la FDA useña: «Puede que la vacuna de Pfizer BioNTech contra el COVID-19 no proteja a todos»; «Actualmente se desconoce la duración de la protección contra el COVID-19».

Y el mismo Ministerio de Sanidad de España confiesa esa contingencia, responiendo en su web a la pregunta «¿PUEDO TRANSMITIR EL COVID-19 DESPUÉS DE RECIBIR LA VACUNA?( https://www.vacunacovid.gob.es/preguntas-y-respuestas/puedo-transmitir-el-covid-19-despues-de-recibir-la-vacuna)

Las vacunas se han probado en ensayos clínicos para medir la protección que proporcionan frente a la enfermedad con síntomas.

No se conoce todavía si la vacunación impide que las personas vacunadas se infecten y, aunque no enfermen, puedan transmitir el virus a otras personas.

Esto se irá conociendo a medida que se vaya vacunando a la población.

En una conferencia de prensa virtual celebrada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 28 de diciembre de 2020, los funcionarios de la OMS advirtieron que no hay garantía de que las vacunas COVID-19 evitarán que las personas se infecten con el virus SARS-CoV-2 y lo transmitan a otras personas. Según funcionarios de salud de EE. UU. y la OMS, las personas vacunadas aún necesitan enmascararse y distanciarse socialmente porque podrían transmitir el nuevo coronavirus a otras personas sin saberlo.

El mismo Anthony Fauci ―Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), uno de los capos de la plandemia― corroboró la afirmación de la OMS en el transcurso de una entrevista en «Newsweek»:  «No sabemos si las vacunas ―no son vacunas, sino inyecciones transgénicas contra COVID-19 (y lo sabes)― que previenen la enfermedad clínica también previenen la infección. Es muy posible que lo hagan, pero aún no lo hemos probado… Por eso sigo diciendo que aunque te vacunes, no debemos eliminar, en absoluto, las medidas de salud pública como el uso de mascarillas porque aún no sabemos cuál es el problema del efecto [de la inyección transgénica] está en la transmisibilidad.

La científica jefa de la Organización Mundial de la Salud, Dra. Soumya Swaminathan, anunció el 3 de enero que las personas que reciban la vacuna contra COVID-19 también pueden contagiar ―(https://www.bitchute.com/video/fvclJhqIEJOS/)―, porque aún no había suficiente evidencia de ensayos de vacunas “para estar seguro de que evitará que las personas contraigan la infección y, por lo tanto, puedan transmitirla”. Agregó que incluso las personas que habían recibido la vacuna deberían permanecer en cuarentena cuando viajen a países con tasas más bajas de transmisión del coronavirus, porque “No tenemos evidencia sobre ninguna de las vacunas para estar seguros de que evitará que las personas contraigan la infección y, por lo tanto, puedan transmitirla”, dijo.

El director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, señaló que “Seguimos esperando más resultados de los ensayos de vacunas (inyecciones transgénicas contra COVID-19) para comprender realmente si las vacunas, además de prevenir enfermedades sintomáticas y enfermedades graves y muertes, también reducirán la infección o evitarán que las personas se infecten con el virus, y luego de transmitirlo o transmitirlo a otras personas. No creo que tengamos la evidencia de ninguna de las vacunas para estar seguros de que evitará que las personas contraigan la infección y, por lo tanto, puedan transmitirla». Ryan advirtió que, al igual que con el sarampión y la poliomielitis, no hay garantía de eliminar el virus SARS-CoV-2 mediante programas de vacunación masiva.

En un artículo publicado en la revista «Science News» ―nada sospechosa de «negacionismo»― (https://www.sciencenews.org/article/covid-19-coronavirus-vaccines-questions-social-distance-mask-transmission) se afirma que: «Ninguna de las vacunas probadas hasta ahora ha sido 100 por ciento efectiva, por lo que algunas personas vacunadas aún pueden contraer el coronavirus. Es más, ni los ensayos de vacunas Pfizer ni Moderna probaron si las vacunas previenen que las personas se infecten con el virus. En cambio, esos ensayos se centraron en si las personas estaban protegidas de desarrollar síntomas de la enfermedad. Eso significa que no está claro si las personas vacunadas aún podrían desarrollar infecciones asintomáticas y, por lo tanto, aún poder transmitir el virus a otras personas.

En general, algunas vacunas son más eficaces para reducir la gravedad de la enfermedad que para reducir la transmisión. Si bien estas primeras vacunas COVID-19 probablemente tendrán algún efecto sobre la transmisión, queda por ver cuánto o si una vacuna es mejor para reducir la propagación del virus que otra.

Entonces, ¿cómo son útiles estas vacunas? Estas vacunas parecen reducir la probabilidad de que una persona desarrolle síntomas si está infectada, así como la gravedad de la enfermedad. Dado que las vacunas no funcionan perfectamente y aún no se sabe hasta qué punto previenen la infección, es posible que una persona vacunada contraiga el virus y pueda transmitirlo a otras personas.  No significa que de repente podamos abandonar todas las demás actividades que han sido tan importantes para reducir las tasas de infección.

En otras palabras, las personas todavía necesitarán usar máscaras, distanciarse socialmente, lavarse las manos y evitar grandes reuniones, especialmente en interiores. Además, tomará tiempo vacunar a todos. Hasta que eso suceda y hasta que esté claro qué tan bien las vacunas previenen la transmisión, aún serán necesarias otras medidas de seguridad (y lo sabes)».

Como se ve, las vacunas no van a evitar que los vacunados se infecten y contagien, ya que lo único que se ha testado en los ensayos clínicos es que la vacuna disminuya los síntomas, presumiendo de una eficacia por encima del 90%. Impresionante, si se tiene en cuenta que la vacuna de la gripe ya es añeja, y no supera casi nunca el 40%.

Bondad graciosa, someterse a un experimento transgénico arriesgado solo para bajar la fiebre unas décimas, estornudar y toser menos, y cosas así. Yo les aseguro que un «paracetamol» o un «stopcold» tiene una eficacia del 100% para esas cosas (y lo sabes).

Pero los himalayescos personajes amamantados a los pechos del NOM, con una caradura pasmosa y una chulería cósmica, se rién del populacho lobotomizado, diciendo que para que se consiga la inmunidad de rebaño  debe alcanzarse la cifra del ¡90%! de vacunados.  Y, con ánimo de molestar, se me ocurren dos preguntas: ¿Cómo va a crear inmunidad de rebaño una vacuna que no previene la infección ni el contagio? ¿Se puede hablar de una inmunidad de rebaño  que exige que prácticamente TODA la población se ha contagiado o se ha vacunado, cuando los porcentajes normales apenas superan el 50%? En todo caso, aunque se hable del 99%, los despiertos estaremos en el 1% remanente, por supuesto.

Y vuelvo a repetirlo: si usted se vacuna, se supone que la vacuna funciona, así que ¿por qué tengo que vacunarme yo? Y, si no funciona, ¿por qué tengo que vacunarme yo? (y lo sabes)

Como se concluye de todo lo expuesto, la vacuna no está aprobada, no previene los contagios y, por si fuera poco, no va a hacer que se recupere la normalidad de siempre, pues habrá que seguir con mascarillas, con hidrogeles, con distancia de seguridad, con confinamientos, cierres primetrales, etc… (y lo sabes). Si a esto le añadimos que es una vacuna experimental, elaborada sin seguir los protocolos temporales de los ensayos clínicos (y lo sabes); que es una vacuna génica nunca antes aprobada en la historia, con los riesgos que ellos conlleva por su novedad (y lo sabes); que presentará efectos adversos no recogidos en los ensayos, debido a la escasa duración de éstos (y lo sabes); que hay medicamentos alternativos que han probado su eficacia e inocuidad (y lo sabes); y que estamos ante una falsa pandemia cuya mortalidad según la OMS es del 0,6% ―del 0,24% según otros estudios― afectando con mucha más intensidad a personas ancianas con patologías previas, de manera que el 80% sufre la enfermedad sin ninguna sintomatología (y lo sabes), la pregunta salta por sí misma: ¿Para qué y por qué esta vacuna? ¿Alguien en su sano juicio se inyectará esa pócima luciferina?

¿Vacuna?: no, gracias (y lo sabes). Solo se la pondrán los idiotas…: ¿sabes si lo eres?