Esperando la dimisión de Sánchez y Montero por la ley antifeminista del ‘sí es sí’
Por: Félix Rosado
¿Es feminista la ley del ‘sí es sí’ que ha beneficiado a un millar de agresores sexuales y ha obligado a excarcelar a más de cien? Un ex reo acaba de intentar violar a una mujer ¿Qué dirían los miembros del actual Gobierno en funciones si tal ley la hubiese lanzado cualquier formación de lo que ellos llaman extrema derecha?
Se trata de una ley disparatada que defendieron a troche y moche el presidente Pedro Sánchez y su ministra de Igualdad, Irene Montero. El mandatario socialista como buen radical se declaró “orgulloso” de la ley y afirmó que era una ley de vanguardia. Luego, visto, el perjuicio y los resultados negativos admitió a regañadientes que era necesario rectificarla y, para ello, necesitó el apoyo de su archienemigo, el Partido Popular.
Para más inri, enfrentado a la ministra de Igualdad, a la que fue arrinconando (pero no la destituyó para no romper la alianza de un Gobierno interesado, o sea, por interés personal), pidió perdón sin muchas ganas: “si hay que pedir perdón…”, comentaba. Y usó a la vicepresidenta Yolanda Díaz, otra feminista de salón, para poner ese cordón de distanciamiento a la misma ministra de Igualdad que, con caras largas, sigue aún al frente de la súper cartera feminista en funciones, pese al gran error de la vergonzosa ley, si bien, como compensación, por no dimitir, mantiene claro sus altos emolumentos, salarios y control presupuestario.
Sin embargo el escarnio a las mujeres de tal ley continúa, máxime cuando se ha producido un presunto intento de violación de un agresor reincidente, excarcelado por la ley de Sánchez, Irene Montero y Yolanda Díaz, ya que ésta siempre la apoyó.
Y hete aquí que estas personas, que no han dimitido, por su irresponsable legislación (no escucharon a los servicios jurídicos antes de aprobar la chapucera ley del ‘sí es sí’), claman ahora contra uno de los suyos, el presidente de la RFEF, por otro estigma feminista.
Ha coincidido en pleno verano de serpientes informativas con ese escándalo nacional, el del beso-pico del presidente de la RFEF y los abrazos mutuos con una jugadora de la selección femenina de fútbol, en plena celebración por el éxito de ganar el Mundial.
De acuerdo con los patrones políticos de este gobierno extremista de izquierdas y megafeminista, según el presidente Sánchez, las explicaciones y el perdón del presidente futbolístico son insuficientes y debe dimitir por el daño hecho a las mujeres. Con la misma vara de medir, Sánchez, Irene Montero y Yolanda Díaz deben dimitir y abandonar la política, por su sectarismo y negativa a reconocer su grave error. ¿Soltar a cien violadores con una rebaja inesperada de penas carcelarias es feminismo? Que al menos uno de ellos haya intentado abusar de otra mujer es culpa de este Gobierno aún en funciones.
Pero el Gobierno Frankenstein es experto en propaganda, nada como lanzar continuas cortinas de humo para tapar sus errores y, a la vez, buscar nuevos retorcimientos de la ley, ahora con la intención de lograr repetir en el poder con un Gobierno Frankenstein II, dispuesto a saltarse las reglas pactando incluso con un prófugo para seguir mandando cueste lo que cueste a los españoles, meros espectadores del espectáculo inaudito que está dando este desnortado Gobierno como si España fuera un circo en el que cualquier cosa vale para ellos, pero la misma cosa no vale para los demás. Una vergüenza.