Un ku-klux-Kklan con barretina

Por: José Antonio de Yturriaga

El 17 de mayo de 1954, el Tribunal Supremo de Estado Unidos declaró que las leyes estatales que establecían escuelas separadas para estudiantes afroamericanos y blancos negaban la igualdad de oportunidades educativas y eran. por tanto, inconstitucionales. Como los Estados sudistas seguían siendo profundamente racistas, transcurrieron seis años antes de que una madre-coraje decidiera inscribir a su hija de 6 años, Rudy Bridges, en el colegio William Frantz de Nueva Orleans, reservado para estudiantes blancas. La dirección del Colegio y los padres de las alumnas se opusieron y el Gobierno federal garantizó su derecho a asistir a clase en dicho colegio y envió a cuatro fornidos agentes federales proteger a la niña. En su primer día de clase, el 1 de noviembre de 1960, la directora y todos las profesoras, salvo una procedente de Boston- Barbara Henry-, se negaron incluso a hablar con ella y 500 alumnos se marcharon del colegio, Rudy estuvo un año recibiendo clases sólo para ella y comiendo sola y sin mezclarse con las demás estudiantes en los recreos. La presión social también afectó a la familia, porque el padre perdió su trabajo, los abuelos fueron expulsados de la granja donde trabajaban, y la madre recibió insultos y amenazas, pero -gracias a su fortaleza y al apoyo del Gobierno- Rudy consiguió su graduación.

 

NO APLICACIÓN DE LA SENTENCIA DEL TSJC EN CANET DEL MAR

El 17 de diciembre de 2020, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña decidió que al menos un 25% de las materias enseñadas en las escuelas deberían ser impartidas en castellano. La dirección de la Scola Turó del Drac de Canet del Mar recibió el auto con las medidas cautelares previstas para proteger los derechos de los hispanoparlantes y –con el habitual menosprecio hacia el español- decidió impartir en dicha lengua las asignaturas de Educación visual y Plástica, Rincones de juego y Psicomotricidad vivencial. La Generalitat presentó un recurso de casación, que fue inadmitido por el Tribunal Supremo el 23 de noviembre de 2021, con lo que la sentencia del TSJC adquirió firmeza. Una familia catalana del pueblo había pedido a la escuela que facilitara a su hija de 5 años un 25% de las materias en español, porque tenían la exorbitante pretensión de que recibiera una educación bilingüe y –ante la negativa de la dirección- recurrió ante el TSJC, que le dio la razón.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, se ha negado a acatar la sentencia del Tribunal Supremo y ha dicho que no la acatará. El consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, dirigió un mensaje a los directores de escuela para decirles que no tenían por qué cambiar su modelo educativo y sus programas, y ha acudido a Canet para dar su apoyo al profesorado y a los padres en su negativa a que el centro impartiera en español el 25% de las asignaturas, incluida una troncal, y a denunciar la mentira de que en Cataluña existiera un problema lingüístico. Ante la obligación de impartir seis horas y media a la semana en español, se han sublevado la escuela y el pueblo. La Asociación de Madres y Padres del Alumnado ha llegado a proponer que los alumnos abandonaran las aulas cuando se impartiera enseñanza en castellano y pedido que se aislara a esta provocadora de 5 años hasta que se marchara. Ha abierto una cuenta de “tweeter” en la que llamaba a “dar caña” para combatir los efectos de la sentencia, y el hostigamiento y el acoso a la familia se hizo viral.

El digital Llibertad.cat. –del que es fundador y tesorero Carles Benítez, antiguo dirigente del movimiento terrorista “Terra Lliure” que fue condenado por estragos terroristas y hoy está reciclado en la CUP- reveló los nombres, la profesión, y el domicilio de la familia, que –por el terrible crimen de pedir que se cumpliera la ley- ha sido declarada enemigo público de Canet y está siendo objeto de todo género de insultos y amenaza, hasta el punto de que el TSJC dictó una providencia por la que instaba al consejero de Educación y a la directora del Turó del Drac a que adoptaran las medidas necesarias para preservar la protección y la identidad de la menor. Albert Donaire, líder de los “mossos de esquadra” independentistas, ha manifestado que la niña debería encontrarse absolutamente sola en clase, porque “o reaccionamos, o nos matan la lengua”. Jaume Fábrega –que sido profesor en la Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma de Barcelona- dijo en un twit que se apuntaba a apedrear la casa de la familia. “Que se vayan fuera de Cataluña. No queremos supremacistas castellanos que nos odien”. Pero, ¿quién odia a quién? Como ha comentado Rafa Latorre, que una niña de 5 años se convierta en víctima de una ceremonia de amedrentamiento colectivo resultaba difícil de catalogar. Yo no lo veo tan difícil, pues se trata de un evidente acto mezcla de totalitarismo, fascismo, supremacismo y xenofobia antiespañola, totalmente ajeno a cualquier democracia.

La CUP, ERC y JxC convocaron una manifestación para el 10 de diciembre a las puertas del colegio, con el Vº Bº de la Generalitat, y a la que asistieron unas 300 personas, incluidos los diputados Pau Morales, Francesc Dalmases, Gloria Freixa y Dolors Sabater, miembros de las tres formaciones que –para Iñaki Ellakurría- convergen en la siempre sentimental cuestión de la lengua cuando son incapaces de llegar a acuerdos sobre temas importantes como la aprobación de los presupuestos. Desfilaron bajo el lema de “Catalán en la escuela” y entre gritos de “¡Viva Terra Lliure!. Aunque la manifestación no había sido comunicada como es preceptivo, la Consejería de Interior declaró que ”en el derecho de reunión no es obligada la comunicación administrativa y por tanto, se puede desarrollar sin previa comunicación”. Vamos, que se trataba de una pacífica reunión de amigos que habían ido a pasear por las deliciosas playas de Canet y, de paso, se acercaron a la escuela para saludar a las maestras. Según un editorial de “El Mundo”, cuesta trabajo entender qué lleva a nadie a convocar una manifestación ideológica a la puerta de un colegio contra la familia de un niño de 5 años, que se atrevió a reclamar sus derechos constitucionales, y que esto suceda con el respaldo institucional de la Generalitat. A recurrir a los tribunales cuando sentimos pisoteados nuestros derechos lo llaman el nacionalismo y el Gobierno central- “politizar la justicia”. Pero ya no nos sorprende tratándose de la Cataluña actual, “donde la razón democrática lleva demasiados años perdiendo terreno ante el fanatismo nacionalista”.

 

REACCIÓN DEL GOBIERNO DE SÁNCHEZ

Ante esta enésima insumisión de la Generalitat al negarse a aplicar las sentencias de los tribunales y unos execrables actos de matonismo mafioso, la reacción del Gobierno de Pedro Sánchez ha sido la de un ensordecedor y ominoso silencio, para no molestar a su aliado preferente de ERC, que le chantajea con retrasar la aprobación de los presupuestos generales del Estado. El portavoz nacional del PP, José Luis Mattínez-Almeida ha preguntado a Sánchez si de verdad le compensaba ser presidente del Gobierno al precio del sufrimiento de un niño de cinco años. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno ha calificado de sonrojante y vergonzoso el silencio cómplice del presidente del Gobierno, y ha exigido a Sánchez que sea capaz de parar los pies de una vez a los independentistas insensibles que machacan a una familia de Canet y no respetan las leyes ni las sentencias. La presidenta de Ciudadanos. Inés Arrimadas, ha afirmado que “lo que está pasando en Canet de Mar es lo más parecido a un aparttheid y a un régimen totalitario que tenemos la vergüenza de sufrir en España, con un Gobierno agachando la cabeza y quitándole hierro al asunto”.

Lleva razón Arrimadas porque eso es precisamente lo que está haciendo el Gobierno de la Nación, tirando balones fuera. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, se ha ido por los cerros de Úbeda o de Puertollano, y ha afirmado, sin temblarle la voz, que “las lenguas del Estado son un elemento que nos enriquece y nos aportan diversidad, y que no vamos a utilizar de forma partidista o en la confrontación”. No parece que sus socios independentistas compartan su idea de que el castellano enriquezca a Cataluña, cuando lo que pretenden –y han conseguido en buena medida- es sacarlo de las aulas y de los patios de recreo de las escuelas, así como de la vida pública ¿Acaso considera el Gobierno que es partidista y confrontatorio hacer cumplir las leyes y las sentencias de los tribunales? Como ha señalado Francisco Rosell, para no enojar a quienes lo sostienen en la Moncloa, Sánchez se ha lavado las manos como Pilatos, para no hacer ejecutar las sentencias a quienes tratan de expulsar al español de Cataluña y a excluir de todo derecho a cuantos no comulguen con su credo. El Gobierno dice unas veces que el ejecutivo no está para ejecutar las sentencias y que eso es competencia de los tribunales, que no tienen poderes ejecutivos. Otras, que el tema es competencia de la Generalitat, que es la ha sido condenada por el TSJC y por el Supremo ¿Diría lo mismo Sánchez si –por poner un ejemplo- Isabel Díaz Ayuso se negara a aplicar una subida de impuestos decretada por la pinturera ministra de Hacienda? ¿Dejaría el asunto en manos de la Comunidad de Madrid que es la competente en estos asuntos?

A la ministra de Educación –que alega que el tema no le afecta porque la competencia en materia de educación ha sido transferida a Cataluña- ha tenido que salir de su recatado silencio ante el escándalo de Canet, provocado por la persecución a un peligroso elemento anticatalán de 5 años. Cubriéndose de valor, Pila Alegría ha telefoneado al consejero de Educación, no para exigirle que cumpliera las sentencias del TSJC y del Supremo, sino para rogarle que no fueran demasiado duros con la infractora y con su familia españolista, fascista y anticatalana, porque dejabarían al Gobierno en una situación incómoda. La más curiosa de todas ha sido la reacción del Defensor del Pueblo, cuya función se supone –según se deduce de su título- que es la que defender al pueblo ante la injusticia, a menos que Angel Gabilondo no considere pueblo a una niña de 5 años, o no considere injusto el incumplimiento de las decisiones de la Justicia. Oigamos al oráculo: ”De lo que hemos conocido hasta ahora, yo digo que no hemos conocido lo que tenemos que conocer para poder tomar un resolución”. Cabría calificar su profunda reflexión de “prevaricación metafísica”: a saber, decir chorradas a conciencia. Caantinflas no lo hubiera dicho mejor. Refleja más al político sectario que es, que al ilustre filósofo que fue.

 

REACCIÓN DE LA ASAMBLEA PARA UNA ESCUELA BILINGÜE

Ante la inacción del Gobierno, ha sido la Asamblea por una Escuela Bilingüe –presidida por Ana Losada- la que haya tenido que acudir en ayuda de la familia de Canet, y denunciar ante la Fiscalía a los altos cargos de la Consejería de Educación por apoyar la desobediencia de los padres de la escuela Turó del Drac al cumplimiento de la sentencia. Ha estimado que el Govern está siguiendo una estrategia de linchar a unos padres que se han atrevido a reclamar el derecho de su hija a recibir un 25% de la enseñanza en español para amedrentar a quienes intenten seguir sus pasos, Los comentarios xenófobos e hispanófobos proferidos eran un destacado eslabón que incluía la intimidación y la exaltación del odio, y lo ha convertido en un caso límite de aviso a navegantes para saber lo que les espera si osan cruzar las líneas rojas de la inmersión. El independentismo y sus medios de comunicación han iniciado una campaña de caza y captura de insolidarios mediante un escarnio ejemplarizante. Jorge Bustos ha escrito con ironía que los canetenses son una tribu homínida que caza casteallanohablantes. Como viven en una democracia plena desde tiempos inmemoriales, todo el mundo está de acuerdo y, si alguien no lo estuviera, los canetenses al unísono le señalarían la puerta, porque para eso viven en una democracia, como ha señalado el consejero de Educación.

Gonzàlez-Cambray ha acusado a los tribunales de romper la convivencia y la paz social, pero ¿qué convivencia? Los independentistas creen que ésta es un credo colectivo; yo mando y tú obedeces y, si no lo haces, estás rompiendo la convivencia. Como ha señalado Rafa Latorre, mientras atacan la convivencia, creen que la están defendiendo porque no saben lo que es. ¿Qué es la paz social en la idílica Itaca catalana? La paz social de Cataluña no permite la comparecencia del discrepante, por lo que no es paz sino coacción social. “Se han permitido tantas cosas desde hace tiempo, agresiones e intimidaciones, que lo que parecía impensable hace unos años ha terminado por convertirse en la normalidad”. Omo han señalado los profesores Oller. Tobeña y Satora, el supuesto consenso sobre el modelo de la inmersión es otro de los espantajos que el nacionalismo ha colocado para intimidar a los no nacionalistas. No es consenso, sino sacralidad. Los nacionalistas creen que la inmersión lingüística no se cuestiona y, si alguien lo hace, comete una profanación, y al sacrílego se le aplica la peor de las penas: el ostracismo. A Federico Jiménez Lozano no lo ataron los terroristas de “Terra Lliure” a un algarrobo y le descerrajaron un tiro en la rodilla en 1981 –atentado en el que participó Benítez, según reconoció él mismo a “El País”- por nada personal, sino porque rompía el hechizo de la paz y la cohesión social, al promover el manifiesto blasfemo de los 2.300, en el que ya entonces se advertía de los ataques del nacionalismo al español.

 

LOORES DEL NACIONALISMO

El auto-exilado rey loco de Waterloo, Carles Puigdemont -que es el padre putativo de esta disparatada situación de desafuero nacionalista- se ha comparado con Martin Luther King y con Nelson Mandela, y con sus movimientos en la lucha contra la discriminación y el apartheid, cuando está en las antípodas de estos dos grandes líderes. No sólo no ha luchado contra la discriminación, sino que discrimina a los catalanes que no comparten el credo independentista. King murió por defender una causa justa, Puigdemont -prófugo ante la ley- actúa por una causa injusta y vive espléndidamente en Bélgica a costa de los contribuyentes españoles. ¿Cabe trazar algún paralelismo entre la niña de Canet y la de Nueva Orleans? Hay alguna semejanzas porque ambas luchan por una causa justa, pero una notoria diferencia. En Louisiana, el Gobierno federal de Estados Unidos hizo aplicar la sentencia de su Tribunal Surpremo, mientras que en Cataluña, el Gobierno español se ha abstenido de hacer cumplir la sentencia de su Tribunal Supremo y ha dejado a una criatura de 5 años en manos de la Generalitat. Los supremacistas del Ku-Klux-Klan velaban sus rostros con un capirote, pero los xenófobos nacionalistas catalanes no precisan esconderse detrás de un antifaz, pues les basta ponerse la barretina y entonar “Els Segadors”. Tanto los políticos independentistas como los cachorros de la CUP y los “kalebarrokeños” de los CDR van a cara descubierta y se permiten cortar calles, carreteras y vías ferroviarias, y destrozar el mobiliario público con plena impunidad, porque cuentan con la complicidad del Govern, ante la pasividad de los mossos, que saben que si tocaran un pelo a los hijos de Torra serían expedientados.

En cuanto a Mandela, el líder sudafricano luchó desde la cárcel para acabar con la discriminación y el apartheid, pero también por la reconciliación entre blancos y negros. Gracias a su clarividencia, evitó el discurso del odio y garantizó la paz y la libertad a una Sudáfrica en precario que tomó bajo su mando. Puigdemont discrimina a los catalanes no nacionalistas y promueven el odio contra España y los españoles.

Según Rosell, a través de la delación lingüística y la persecución social, se impone la adscripción al nacionalismo como la religión oficial del confesional nuevo Estado, que desplaza a la marginalidad a esa mayoría del 52.7% de catalanes que tienen el español como lengua materna, en medio de la indiferencia que hace que la gente acabe por normalizar lo execrable y se insensibilice. Pero la indiferencia se torna contra el indiferente si no se defiende la ley, porque sólo así se vence a los enemigos de la libertad. El nacionalismo es consciente de que la lengua es un arma de primer orden, que substituye a la raza utilizada por el nazismo, aunque el presidente de ERC, Oriol Junqueras, echara mano a ella al diferenciar los genes de los catalanes del resto de los españoles, De la mano de la lengua se justifica un expansionismo que entronca con el “espacio vital” al que Hitler estimaba que Alemania tenía derecho sobre las naciones de lengua germana. Durante el III Reich se bautizaba a los niños con sonoros nombres de la mitología germánica, ósmosis a las que se sumaron algunos judíos, como hacen en Cataluña algunos charnegos, vilipendiados por supremacistas que se arrogan el derecho a dispensar certificados de limpieza de sangre catalana. Según Samuel Johnson, las lenguas son los linajes de las naciones, por lo que la erradicación del castellano y el ostracismo de sus hablantes son males que no cura el tiempo ni el silencio, sino que los agrava, algo que el Gobierno de la nación no debería ignorar, como lo está haciendo.

La cacería humana de Canet constituye un eslabón más de la cadena en una estrategia de linchamiento y de depuración política que ya se ha cobrado sus frutos en el País Vasco, donde ETA no sólo perpetró más de 1000 asesinatos, sino que acometió la limpieza étnica de más de 100.000 ciudadanos a los que forzó a salir del país, con lo que alteró el censo electoral y el devenir político de la autonomía, al consolidar la hegemonía del nacionalismo. “Sin un juicio de Nüremberg sobre los crímenes de ETA que condene su ideología totalitaria, el brazo político de la banda, con su legalización por Zapatero y su blanqueamiento por Sánchez, se alza como determinante. Lejos de ser derrotada políticamente, dicta la suerte de España, a la par que marca el camino al separatismo catalán […] De ahí que el apartheid catalán tenga los visos de desembocar, como el vasco, en un delito de lesa humanidad”.

Creo que es acertado el aviso del prestigioso director del “El Mundo”. En Cataluña, independentistas radicales señalan a los enemigos del pueblo catalán –incluida una niña de 5 años-, publicitan sus nombres y sus domicilios, los amenazan y acosan por las redes sociales, hacen llamamientos para que apedreen sus casas y, les incitan a que abandonen Cataluña por querer que sus hijos reciban un 25% de la enseñanza en su lengua materna. Algo similar ocurrió no hace tanto en la Alemania nazi cuando los esbirros de las SS y las SA obligaban a los judíos a llevar un lazo amarillo, marcaban sus casas, los amenazaban y chantajeaban, y los arrestaban sin motivo, en medio de la indiferencia de los probos ciudadanos alemanes porque no les afectaba –aunque el desaparecido fuera un vecino-, lo que llevó en 1938 a la “noche de los cristales rotos” en la que se realizó un progrom contra la comunidad judía y se abrió la veda contra los judíos y los gitanos, y su envío a campos de exterminio. Lejos de mi insinuar que una situación semejante exista en Cataluña, pero por algo se empieza. Si los nacionalistas consideran enemigos a los catalanes que no compartan su credo y totalitaria ideología, si los señalan con nombres y apellidos y se incita el odio contra ellos, si se les amenaza a través de las redes sociales, los medios de comunicación y manifestaciones “espontáneas”, si se violan las leyes y se incumplen las sentencias de los tribunales con la anuencia del Govern….se abre una vía antidemocrática sumamente peligrosa, que se sabe cómo empieza, pero no cómo acaba. Si no físicamente, pueden exterminar socialmente a los hispanoparlantes u obligarles a abandonar la región.

Pese a este increíble deterioro de la situación de la democracia en Cataluña, el Gobierno de Sánchez –en vez de enfrentarse a esta continuada insubordinación institucional-, hace la vista gorda como si no pasara nada, porque necesita los votos de ERC para seguir aposentado en la Moncloa. Ante la connivencia del Gobierno central y la inanidad del principal partido de la oposición –que malgasta sus magras energías en un duelo fratricida por vacuos personalismos, en vez de concentrase en librarse de uno de los peores Gobiernos que ha tenido España desde Fernando VII-, sólo nos queda Europa. De aquí que haga desde estas modestas líneas un llamamiento a los eurodiputados constitucionalistas para que –en caso de que no lo hayan hecho- denuncien la situación ante el Parlamento Europeo, para ver si consiguen que nos eche una mano a fin de poner coto a esta situación, ante la falta de voluntad o la complicidad del Gobierno. Es un caso único en el mundo en que los ciudadanos de una parte de España no puedan ser escolarizados en su lengua materna, que es la oficial del Estado.

Los padres de Canet escribieron una excepcional carta abierta a Cataluña -que ha sido publicada en “El País”- en la que han afirmado que sentir el odio, la intimidación, las amenazas y el señalamiento es muy duro. Acusan al Govern considerar que ahora era el momento oportuno de interrumpir la “calma tensa” producida después del procés, para agitar las banderas, convocar manifestaciones de protesta y señalarles como culpables de querer acabar con el catalán. Echan en cara al consejero de Educación, González-Cambray, que avive el sentimiento de odio entre la población de Canet, que tanto ha hecho sufrir a su familia. Agradecen los muchos mensajes de solidaridad que han recibido, pero ruegan a sus comunicantes que, lo que les han dicho en privado, lo digan también en público. Afirman que no quieren ser héroes, sino simplemente padres, pero estiman que, “para que nuestra sociedad sea libre, debemos vencer esta espiral de silencio que nosotros mismos creamos”. Terminan afirmando que “hay que dejar de tragar y tragar, y tenemos que ser capaces de ser valientes para decir lo que uno piensa, levantarse para hacerlo y reclamar democráticamente nuestros derechos”.

Yo no soy catalán ni tengo ocho apellidos catalanes –en realidad tengo uno, Barberán-, pero soy español y, como tal, también soy catalán, aparte de que lleve casi cincuenta años veraneando con mi familia en el delta del Ebro, y haya escrito un libro titulado “Cataluña vista desde fuera”. Respondo, pues, a la petición de esta ejemplar pareja y le expreso públicamente mi solidaridad. ¡Basta ya!