Un fraude y no es por el interés de España
Por: José Antonio Martínez
El candidato socialista a la investidura como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido abiertamente por primera vez la concesión de una amplia amnistía a los golpistas catalanes. Su argumento es que es “por el interés de España”. No cabe mayor cinismo
El presidente que ha hecho de la mentira su modo de gobernar ha confesado por fin lo que todos sabíamos, que está a favor de la amnistía a los separatistas catalanes. En un ejercicio de cinismo dice que antes de las elecciones del 23-J no se planteaba la amnistía pero ahora cree que es “la única vía posible” para no ir a una repetición electoral. “Hay que hacer de la necesidad, virtud”, justifica. Cabe precisar que no es que no planteara la amnistía en el programa electoral del PSOE, sino que declaró que era contrario a la misma porque es ilegal.
¿Qué ha cambiado en estos tres meses? Sencillamente, que necesita los siete votos del partido del prófugo Puigdemont para seguir en La Moncloa. Y como no tiene argumentos políticos ni jurídicos para defender la amnistía dice que lo hace “por el interés de España”. El gran mentiroso ni se sonroja al disfrazar de interés general lo que es no más que su propio interés lo que defiende. Aplaudido de forma casi unánime por la parroquia socialista, Sánchez admite que los indultos que concedió a los golpistas Junqueras y compañía por su desafío a la ley y a la Constitución con su intento de romper la unidad de España no fueron “el fin del camino” y que sabía que la “superación definitiva del conflicto” requeriría “otras medidas de gracia” como la amnistía, “para no dejar esa herida abierta indefinidamente”. Y, además, augura que “Cataluña está lista para el reencuentro total”.
Pero eso es otra falacia porque es evidente que tampoco conseguirá poner fin al conflicto catalán. No sólo es que los golpistas no se han arrepentido ni han pedido perdón, es que dicen y no se cansan de repetir que no renuncian al referéndum ni a la independencia. Saben que este es su momento por la debilidad política de Sánchez, que pese a perder las elecciones, pretende seguir en el Gobierno. Y lo aprovechan hasta el punto de obligar al inquilino de la Moncloa a concederles todas sus exigencias, aunque sean ilegales.
En definitiva, lo que hay detrás de la amnistía que prepara Sánchez para seguir en el poder es un gran fraude electoral y de ley. Electoral porque ocultó a los votantes sus intenciones y, por tanto, estos no le han otorgado su confianza para que pastelee con los separatistas. Y es un fraude de ley porque la amnistía no está prevista en la Constitución. Sánchez sabe que es ilegal pero no le importa, incumpliendo de esta manera la obligación de todo mandatario de cumplir y hacer cumplir la ley. Lo único que de verdad le interesa es seguir en el poder al precio que sea. Y ese precio es altísimo porque al saltarse la ley está destruyendo el Estado de Derecho, piedra angular de la democracia.