Dos cuentos góticos

 

 

La Editorial Carpe Noctem presenta Dos cuentos góticos, de Gustave Flaubert.

Este nuevo volumen de la colección Mini reúne dos relatos ambientados en Barcelona y Florencia, en los que el autor de ‘Madame Bovary’ explora la locura, la obsesión y las pasiones humanas

Gustave Flaubert es uno de los autores fundamentales de la literatura francesa y universal. Su Madame Bovary cambió las reglas de la narrativa occidental gracias a su profundidad psicológica.

Autor de novelas, nouvelles, libros de viajes, ensayos y un imponente número de cuentos, su obra de juventud es, sin embargo, prácticamente desconocida en nuestro país.

Los dos relatos que Carpe Noctem ha reunido en Dos cuentos góticos reflejan la vehemencia del literato adolescente que fue Flaubert: cuando los escribió apenas tenía quince años y, sin embargo, ambos dan muestra ya de su genio.

Bibliomanía viaja a una Barcelona gótica que el autor no había visitado para trazar la desmesurada ambición de un excéntrico bibliófilo. A su vez, La peste en Florencia recrea un sangriento episodio de época medicea.

En ambos relatos el escritor normando empieza a familiarizarse con las temáticas y estructuras que acabarán sosteniendo, con el tiempo, su celebrado edificio literario.

Esta nueva traducción incluye un prólogo escrito por el periodista y novelista Miquel Molina Muntané (Barcelona, 1963), experto conocedor de la obra de Flaubert que desde 1995 ejerce de director adjunto en La Vanguardia.

INICIOS DE UN ESCRITOR DE FONDO

La de Flaubert es una iniciación diferente a la de otros escritores prodigio. Rimbaud ya había dado por acabada a los veintiún años su luminosa carrera. Mary Shelley aún no tenía veinte cuando concibió Frankenstein, su obra culminante. Thomas Mann publicó Los Buddenbrok, una de sus novelas mayores, con solo veintiséis. En cambio, Flaubert inicia con estos textos un laborioso proceso de construcción de su personalidad literaria que no alcanzará su máximo esplendor hasta que, con treinta y seis años, publique Madame Bovary.

Más que de un novelista de maduración tardía, estaríamos hablando de un escritor de fondo que sienta en estos dos trabajos iniciáticos las bases de una larga y sólida producción novelesca.

Bibliomanía es en este sentido un ensayo del modus operandi que a lo largo de su vida le llevará a buscar la inspiración en las crónicas de sucesos. Flaubert toma aquí al vuelo una noticia de La Gazette des Tribunaux en la que un autor anónimo cuenta las tribulaciones de un fraile cuya afición desmedida a los libros le lleva a comportarse con extrema ruindad.

En La peste en Florencia, el autor primerizo no solo da un giro argumental truculento a la vida real de los hijos de Cosme de Médici y Leonor Álvarez de Toledo, sino que subraya el contexto pandémico en el que se desarrolla la acción principal.

Comparece por primera vez el crítico social. Hay al menos dos pasajes en los que el autor alerta contra la tendencia de los poderosos a comportarse de manera irresponsable durante las pandemias. Primero, cuando enfatiza que Cosme de Médici organiza fastos en su palacio para «distraer al pueblo de los siniestros acontecimientos que los preocupaba». Y, después, cuando se hace pasar por muerte por causa epidémica lo que a todas luces ha sido un asesinato palaciego.

Comienza a aflorar así, a muy tierna edad, el analista de las debilidades humanas que culminará su trayectoria con ese monumento a la necedad universal que es Bouvard y Pécuchet.