‘El niño’

 

El escritor Fernando Aramburu, quien publica su nueva novela ‘El niño’ (Tusquets), considera que atraviesa un momento en el que sigue “aprendiendo a morir en paz” y no renunciaría al éxito conseguido con ‘Patria’, pese a haber recibido algunas críticas, porque es algo que “no ha sido planificado”.

En ‘El niño’, Aramburu ficciona el trágico suceso ocurrido en Ortuella en 1980 con una explosión de gas en una escuela que mató a 50 niños. Esta novela, tal y como ha explicado Aramburu en una entrevista, no trata tanto de este suceso a la manera de reportaje, sino que se centra en la superación de diversos duelos de sus protagonistas.

En este sentido, la muerte está en el centro de esta obra, una muerte a la que el autor vasco reconoce “no darle muchas vueltas” ni que sea algo que le cause “angustia”. “Soy plenamente consciente de nuestra condición pasajera y esto lo tengo perfectamente asumido, conozco desde niño en qué consiste el juego”, ha afirmado.

Así, Aramburu se ha mostrado “muy agradecido” a la vida, pese a que la suya “ha tenido también su ración de palos” y no desconoce “ni el dolor ni otra serie de problemas”. “Pero así y todo, me alegro de haber nacido, sé que esto se acabará y les deseo lo mejor a los que sobrevivan y vengan después: esa es mi filosofía”, ha señalado.

En esta misma línea, ha ironizado con que en los últimos días de su vida tuviese un “brote histérico o una ilusión trascendental” que le hiciera cambiar de esta filosofía “casi estoica”. “Me decepcionaría mucho a mí mismo si en el último momento tuviera una ilusión de creer que tengo garantizado un sillón en un presunto paraíso”, ha bromeado.

El creador de la entrega seriada conocida como ‘Gentes vascas’ también se ha referido a su mayor éxito editorial, ‘Patria’, entendiendo que algunas de las críticas fueron “normales” y que la gente está “en su derecho de opinar”. De hecho, ha reiterado que ya ha cumplido “los suficientes años para no andar pendiente de lo que digan los demás”.

“Si uno recibe un elogio, pues eso viene bien para la autoestima, pero si recibe un palo, ¿qué le vamos a hacer?”, ha comentado con humor, defendiendo que incluso hay críticas negativas que están “hechas desde el cariño”. Aramburu, quien se ha mostrado “muy agradecido” a todo lo ocurrido con ‘Patria’, únicamente cambiaría de lo vivido tras su publicación “algunas comas y adjetivos”, pero no la repercusión, porque eso “no se puede cambiar”.

 

LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 80

En ‘El niño’, el escritor retrata también el modo de vida de una clase trabajadora de los años 80 que “poco tiene que ver” con la España actual. “Se mantiene el nombre de las personas, las ciudades… pero lo que son los hábitos, las costumbres o la legislación… ha cambiado todo tanto, que si una persona que hubiera vivido entonces resucitara, no entendería nada”, ha apuntado.

De hecho, cree que esa España de hace cuatro décadas estaba todavía saliendo del “blanco y negro” y que la evolución en este tiempo ha sido “positiva”, puesto que se han conseguido muchos logros sociales –“en especial, para las mujeres”, ha remarcado- pese a que “no falten los problemas”.

 

LA PÉRDIDA DE UN HIJO

Aramburu todavía recuerda dónde estaba cuando en la radio del piso de estudiante que ocupaba interrumpieron la emisión para informar de que “algo grave había ocurrido en un pueblo de Vizcaya”, en alusión a esa explosión de gas en la escuela de Ortuella. El escritor considera que este suceso le interpelaba “de una manera muy fuerte” no solo por el interés literario, sino también desde un punto de vista “emocional”.

“Y en él están implicados también aspectos de los que no estoy exento. Yo nunca he conocido a mis abuelos y aquí hay un personaje que, de alguna manera, he usado para llenar ese hueco”. Esto se completa con la historia que habla sobre la pérdida de un hijo, “algo inconcebible y un temor” que Aramburu ya tendrá como padre “el resto de la vida”.