El Teatro Real estrena una nueva producción de Rusalka
Entre los días 12 y 27 de noviembre el Teatro Real ofrecerá 10 funciones de Rusalka, de Antonin Dvořák, en una nueva producción del Teatro Real, coproducida con la Säschsische Staatsoper de Dresde, el Teatro Comunale de Bolonia, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, en los que se presentará después de su estreno en Madrid.
Rusalka, estrenada en Praga en 1901, fue la penúltima de las once óperas de Antonín Dvořák (1841-1904) y, sin duda, la más célebre de todas las que compuso.
El libreto, del poeta y dramaturgo Jaroslav Kvapil, está basado en la leyenda centroeuropea que inspiró el libro Undine (1811) de Friedrich de la Motte Fouqué y en el cuento La sirenita (1837) de Hans Christian Andersen, en el que una ninfa de las aguas decide abandonar su mundo acuático a cualquier precio para perseguir al príncipe al que ama.
La partitura, en la que laten sutilmente el influjo de Wagner y de las corrientes del nacionalismo musical centroeuropeo, entrelaza diferentes leitmotiv y temas del folclore bohemio, con una distinta orquestación para representar el mundo de la naturaleza y los espíritus -con mayor riqueza armónica y una paleta tímbrica diáfana y delicada- y el mundo de los hombres, con una instrumentación más convencional y oscura.
El director de escena Christof Loy tiende un puente entre estos dos universos aparentemente irreconciliables, ahondando en los sentimientos, pasiones, anhelos y contradicciones de los personajes, que, en una atmósfera fantasmal, transitan de la vida al escenario, en una producción que es un profundo homenaje al teatro como territorio de catarsis y sublimación de las emociones.
El reino de las aguas -con Rusalka, su autoritario padre Vodník, la avezada hechicera Ježibaba (convertida en su madre) y las ninfas, sus hermanas- esconde complejas y conflictivas relaciones entre los personajes que, en la concepción de Loy, se transforman en una extraña y olvidada familia de teatro con un pasado glorioso, cuyos miembros, como espectros, viven de recuerdos nostálgicos, pero también de ilusiones. Y en ese espacio cerrado, decadente y evocador concebido por el escenógrafo Johannes Leiacker, con iluminación de Bernd Purkrabek y vestuario de Ursula Renzenbrink, todo se mueve con el sueño de una bailarina coja enamorada, que aspira a llegar al cielo con sus zapatillas de punta y el poder transformador del amor.
En perfecta consonancia con esta visión psicológica de los personajes de Rusalka, Ivor Bolton, director musical del Teatro Real, estará al frente de dos selectos repartos en los que se alternarán, en los papeles protagonistas, las sopranos Asmik Grigorian y Olesya Golovneva (Rusalka); los tenores Eric Cutler y David Butt Philip (El príncipe); las sopranos Karita Mattila y Rebecca von Lipinski (La princesa extranjera); los bajos Maxim Kuzmin-Karavaev y Andreas Bauer Kanabas (Vodnik) y las mezzosopranos Katarina Dalayman y Okka von der Damerau (Ježibaba).
El Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real interpretarán por primera vez esta ópera, que vuelve al escenario del Real después de 96 años de ausencia y a punto de cumplir el 120 aniversario de su creación.