El Teatro Real muestra el Rigoletto más “feminista”

El Teatro Real dará el pistoletazo de salida el próximo sábado 2 de diciembre a un nuevo estreno, el de ‘Rigoletto’ de Verdi, con una puesta en escena al que el dramaturgo Miguel del Arco ha sacado su lado más “feminista” pese a que era algo que “ya estaba en el texto”. 

“No hace falta tanto incidir en el feminismo porque era algo que ya estaba ahí y eso es lo que hemos contado. Para mí, el teatro siempre es conflicto y si se termina por infantilizar a Gilda (la protagonista, algo que entiende ha pasado en versiones anteriores), esta obra pasa a un grado menor”, ha señalado Del Arco en rueda de prensa.

En ‘Rigoletto’, una ópera que ya nació con polémica desde su estreno en el Teatro La Fenice de Venecia y que está inspirada en la obra ‘Le Roi s’amuse (El rey se divierte)’ de Víctor Hugo, un bufón de la corte trata de evitar que su hija Gilda caiga “en la oscuridad de un mundo terrible” encerrándola, a la vez que el temible Duque de Mantua tratará de seducirla.

“Es importante interpelar al ciudadano del siglo XXI con algo de lo que ya nos hablaban en otras épocas. Esta ópera cuenta un mundo terrorífico, con un abuso de poder que va desde el duque hasta Rigoletto, quien piensa que es un buen padre encerrando a su hija para apartarla de un mundo oscuro al que está contribuyendo”, ha señalado Del Arco.

El dramaturgo ha reivindicado el papel de Gilda en esta obra, que en otras ocasiones ha sido llevada a escena como una mujer “infantilizada, cursi o relamidita”. En cambio, en una comparación con el de la poderosa mujer Antígona, Del Arco prefiere mostrar a “un destello de luz frente a la voz que se da al heteropatriarcado”.

“No se necesita una lectura feminista porque ‘Rigoletto’ ya lo es: se reivindica el feminismo como igualdad y una manera diferente de mirar el mundo y eso es lo que es Gilda, porque es el único de los personajes que no deforma, sino que transforma. No se trata de la ley de la selva o el más fuerte, sino de la ley de la verdad”, ha apuntado.

En esta misma línea se ha mostrado el director musical, Nicola Luisotti, quien ha establecido un paralelismo con los tiempos actuales. “‘Rigoletto’ es importante porque toda la gente de poder parece que tiene a una mujer para disfrutar, y eso es un error increíble. Con esto podemos demostrar que se puede cambiar la historia en el presente”, ha señalado.

De hecho, el maestro musical ha incidido en que esta ópera es similar a un grito de “basta ya”. El tenor Javier Camarena, quien dará vida en uno de los tres repartos al Duque de Mantua, se ha mostrado de acuerdo porque entiende que “la ópera no sirve solo para el entretenimiento, sino para crear conciencia”.

 

UN ESTRENO YA CARGADO DE POLÉMICA

“Esta situación desgraciadamente sigue siendo una realidad y creo que es necesario hacer conciencia sobre estos temas, no tapar el sol con un dedo. No hay que cerrar los ojos a lo que ocurre, sino analizarlo y cambiar nuestra forma de ver”, ha señalado, después de comparar a su “terrible” personaje con el Hans Landa a quien dio vida Christoph Waltz en ‘malditos bastardos’. “Lo peor que se puede hacer es romantizar el personaje”, ha apuntado.

La soprano Adela Zaharia –en su tercera ocasión que encarnará a Gilda– ha celebrado esta visión de una de las protagonistas de la obra, haciendo hincapié en el “sacrificio” final. “Es algo muy importante en una sociedad que parece haber olvidado lo que significa sacrificar algo en favor de una idea mayor. Gilda es capaz de hacerlo: su vida no es tan importante como la felicidad de los que le rodean”, ha apuntado.

‘Rigoletto’ ocupa junto a ‘Aída’ un lugar “emblemático” en el Teatro Real, siendo las dos óperas más representadas –de hecho, en sus primeros 75 años fue representada en 60 temporadas–. El director artístico del Real, Joan Matabosch, ha valorado el traer de nuevo esta obra que “ya en su momento del estreno la lio gorda”. “La censura se tiró encima del texto teatral primero –solo hubo una representación en París– y luego con la ópera, de la que se dijo que deshonraba a ese sacro lugar”, ha concluido.