Escorpiones del Desierto

Autor: Hugo Pratt

NORMA EDITORIAL PRESENTA LA ESPERADA EDICIÓN INTEGRAL DE ESTA MAGNA OBRA DE HUGO PRATT

Septiembre de 1940. África es un tablero en el que varias naciones europeas juegan a la guerra. La unidad británica Long Ranger Desert Group, más conocida como “Escorpiones del desierto”, es un peón más en esta partida colosal. Auténticos corsarios del desierto, los “Escorpiones” se han especializado en misiones especialmente difíciles y arriesgadas. El polaco Koinsky, uno de sus oficiales más veteranos, emprenderá un accidentado viaje de varios años desde las arenas de Djarabub hasta las playas de Yibuti.

Con Los Escorpiones del desierto, Hugo Pratt convirtió la II Guerra Mundial en escenario de una Aventura con mayúsculas. Iniciada en 1969 y concluida en 1992, la reunimos completa por primera vez en un volumen integral prologado por el guionista Felipe Hernández Cava.

Hugo Pratt es uno de los pocos autores de cómic, junto con sus adorados Milton Caniff y Will Eisner entre otros, que se ha ganado un lugar en la historia del género. Un maestro que ha creado escuela y cuenta con prolífica producción publicada en múltiples ediciones.

La vida de Pratt se asemeja en gran medida a la de su creación más importante, Corto Maltés. Viajero incansable, pese a ser natural de Rimini Pratt se declara veneciano, pues pasó toda su infancia en la capital del Véneto. Pronto se trasladó a Etiopía con su familia, para volver a Italia justo después de la II Guerra Mundial. En 1949 emigró a Buenos Aires para trabajar en la Editorial Abril. Allí conoció a los grandes dibujantes de la historieta argentina como José Muñoz, Francisco Solano López y H.G. Oesterheld. Fue con este último con quien creó series tan míticas como Sgt. Kirk, Ernie Pike o Ticonderoga. Después de viajar por toda Sudamérica, finalmente regresa a Italia, donde entró a trabajar en la publicación infantil Il Corriere dei Piccoli e inició las adaptaciones al cómic de la obra magna de Emilio Salgari, Sandokán, un proyecto que quedó interrumpido por el sorprendente éxito de Corto Maltés.

A partir de entonces, Hugo Pratt saltó a lo más alto del Noveno Arte, cosa que le permitió seguir viajando y documentándose para la que ha sido su mayor obra.