La Bohème vuelve al Teatro Real
Entre el 12 de diciembre y el 4 de enero el Teatro Real ofrecerá 15 funciones de La bohème, de Giacomo Puccini, en una coproducción del Teatro Real con la Royal Opera House de Londres y la Lyric Opera de Chicago, que se presentó en su escenario en 2017.
La génesis de La bohème, y también el desarrollo de todo su proceso creativo hasta el estreno de la ópera en el Teatro Regio de Turín el 1 de febrero de 1896, están minuciosamente documentados gracias a la abundante correspondencia entre Giacomo Puccini, su editor y mentor Giulio Ricordi, y los libretistas Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, que iniciaron su tormentosa y fructífera colaboración en esta ópera, escribiendo posteriormente los libretos de Tosca y Madama Butterfly.
Partiendo del libro Escenas de la vida bohemia, de Henri Murger (1822-1861), nacido como una serie de relatos autobiográficos publicados en forma de folletín, los dos libretistas, siempre celosamente dirigidos por Puccini, construyeron un libreto coral, en el que cuatro jóvenes bohemios -un escritor (Rodolfo), un pintor (Marcello), un músico (Schaunard) y un filósofo (Colline)- sortean las dificultades económicas y las inclemencias del tiempo con humor e ilusión, buscando su lugar en un París efervescente, bullicioso e invernal.
La historia de amor trágica entre uno de ellos, Rodolfo, aspirante a poeta, y la sastrecilla Mimì, cuya muerte por tuberculosis, inexorable, les sorprende, articula una especie de camino iniciático que despide los desenfrenos y sueños de la juventud y revela la vida real, con toda su contundencia y trascendencia.
Con su genial paleta orquestal, su dominio de la prosodia y su enorme talento dramático, Puccini va construyendo la personalidad de los jóvenes con su característica habilidad para articular los destellos más anecdóticos y divertidos de lo cotidiano con los sentimientos más hondos, pasionales y arrebatadores. Así, entrelaza sus frases cortas “de conversación” con otras de enorme aliento melódico y dramático. Su orquestación sugiere, con enorme eficacia tímbrica, desde detalles tan nimios como el serpenteo de las llamas o el tintineo de las monedas, hasta las ‘ambientaciones’ casi cinematográficas de la desangelada buhardilla, del bullicio del París navideño o de la soledad y privaciones de la pobreza.
La evocación de momentos pasados, como si fueran destellos que la memoria revive y actualiza, está magistralmente recreada con la utilización de motivos musicales asociados a emociones, sentimientos, o incluso a objetos a los que Puccini concede un enorme poder simbólico, como la vela de Mimì, la cofia rosa que le compra Rodolfo, el gabán de Colline, o el manguito que calienta las manos frías de la protagonista en su lecho de muerte.
Son estos momentos que vienen y vuelven con la memoria, que están escondidos y asoman con las vivencias que suman y construyen el camino la vida, los que vertebran la producción de La bohème que se podrá ver en el Teatro Real.
En su propuesta dramatúrgica, el prestigioso director británico Richard Jones y el escenógrafo y figurinista Stewart Laing presentan la ópera como una sucesión de Escenas de la vida bohemia presentadas al espectador sin ocultarle los trabajos de backstage que normalmente desarrollan los técnicos detrás del escenario. Así, el público ve cómo se cambian los decorados, cómo se utilizan diferentes artilugios para lograr efectos teatrales y cómo se amontonan elementos escenográficos en las bambalinas, como si fueran retazos de vida apiñados en la memoria.
Situándose en un lugar privilegiado, el espectador contempla permanentemente el pasado y el presente de los personajes, incapaz de sumergirse en el París frío y efervescente de los jóvenes bohemios porque lo verá siempre representado sobre el escenario.
Pero este artificio del ‘teatro dentro del teatro’, en que se confunden el tiempo real y el teatral, el espacio del público y del artista, el drama de la ópera y sus metáforas, llevará al espectador a una interpretación más rica de la obra de Puccini, potenciada por su visión desde distintos ángulos, pero también con sus reflejos.
La Bohème vuelve al Teatro Real en fechas navideñas, trayendo a su escenario la alegría, complicidad y sueños de cuatro jóvenes que se encuentran con la vida real, paradójicamente, encontrándose con la muerte.