La Real Academia de Bellas Artes presenta Retazos de amor filial

La Real Academia de Bellas Artes abre al público una muestra temporal, coorganizada por el Centro Cultural Coreano en España, el Museo Conmemorativo Seok Juseon de la Universidad Dankook y la Academia, dedicada a la vestimenta infantil tradicional coreana bajo el título Retazos de amor filial. Comisariada por la historiadora Hwang Jinyoung del Museo Seok Juseon de Corea, está auspiciada por el proyecto Traveling Korean Arts de la Fundación Coreana para el Intercambio Cultural (KOFICE), y permanecerá abierta al público hasta el 25 de julio de 2023. 

La muestra explora la pureza del amor filial a lo largo de los años a través de un conjunto de 80 piezas originales pertenecientes a colecciones históricas de trajes infantiles coreanos de los siglos XVIII, XIX y XX del Museo Conmemorativo Seok Juseon.  La indumentaria hecha a mano por los padres y familiares para sus hijos, acerca al público los valores estéticos y tradicionales, historia y origen de la confección coreana.

El Museo Conmemorativo Seok Juseon de la Universidad Dankook nacido en 1999, conserva una de las mayores colecciones de prendas de Corea con excelentes ejemplos de Hanbok (traje tradicional considerado patrimonio cultural por excelencia de los coreanos y la forma más visible de confirmación de su identidad), y objetos relacionados con la indumentaria del país.

Dicho museo nació como resultado de la unificación del Museo Central de Arqueología y Arte (1967) y el Museo Folclórico Conmemorativo Seok Juseon (1981), el cuál abrió sus puertas gracias a la donación de 3.365 piezas de la doctora Seok Joseon (1911-1996). El centro constituye un espacio cultural integral, en el que se desarrolla un continuo trabajo de excavación e investigación, además de organizar exhibiciones y talleres educativos para difundir la excelencia y belleza de la cultura coreana.

Retazos de amor filial irradia el espíritu y el alma coreana, las tradiciones y raíces del país, de una sociedad fundamentada en valores familiares que provienen del Neoconfucionismo. La exposición representa algo más que vestimenta, ya que ofrece una visión de la identidad de Corea y su patrimonio cultural. Muchas de las prendas y complementos que se podrán ver, pertenecen a la dinastía Joseon, dividida en cuatro clases sociales de acuerdo con las costumbres neoconfucianas de jerarquía y armonía: yangban (aristocracia), jungin (clase media), sangmin (plebeyos) y cheonmin (clase baja). Cada tipo de prenda y Hanbok que se usaba reflejaba la posición en la sociedad. Con una clara predilección por el color blanco, relacionado con la innata pureza del espíritu coreano, también se exponen prendas que combinan colores, especialmente para ocasiones ceremoniales y simbología en distintos patrones. Las formas y líneas fluidas del Hanbok son derivadas del amor del pueblo coreano por la naturaleza y la necesidad de estar en armonía con la misma. 

La muestra presenta un recorrido por las distintas etapas de la vida del niño, articulada en tres apartados:                     

El nacimiento y el primer año de vida. Desde la antigüedad la vestimenta tradicional coreana conocida como Hanbok ha permanecido a lo largo del tiempo como un aspecto de autenticidad de la cultura coreana. En esta primera sección se muestran las prendas del recién nacido acompañadas de accesorios y objetos que datan del siglo XIX. El más antiguo conservado es una camisa (Baenaet Jeogori) de principios del siglo XVII. 

Se exhibe la vestimenta para el Baek Il o la celebración de los 100 días de vida – momento en el que se viste al bebé con la prenda denominada de las cien costuras- y del Doljanchi o primer cumpleaños del bebé, en el que se le viste con ropa nueva y trajes bordados con los diez símbolos de longevidad.  

Preocupación por la salud del niño. 

Periodo dedicado al aprendizaje del niño en el que priman las prendas de colores llamativos como el amarillo, verde, rosa, azul marino, jade y morado. Indumentaria para festividades acompañadas del principio del ying y el yang, complementos con brocados y ropa de uso cotidiano. 

Un inmenso apoyo para los pequeños adultos. 

Los niños de las familias elitistas empezaban a recibir lecciones para convertirse en adultos cuando alcanzaban los siete años de edad. Durante este proceso, que se alargaba hasta los quince años, llevaban ropa muy similar a la de los adultos, con abrigos, trajes y complementos.