Los inocentes

María Oruña regresa a Puerto Escondido con un nuevo misterio: Los inocentes, (Destino).

Faltan dos semanas para la boda de la teniente Valentina Redondo y Oliver Gordon. En medio de los preparativos, les sorprende la noticia de un atentado masivo en el Templo del Agua del famoso balneario cántabro de Puente Viesgo.

Las instalaciones del idílico paraíso de agua habían sido ocupadas por varios empresarios, y todo apunta a que la masacre ha sido perpetrada con una peligrosísima arma química. Valentina tendrá que cooperar con el ejército y con un equipo de la UCO para resolver el crimen.

Pronto descubrirán que un cerebro hábil y cruel ha puesto en marcha una maquinaria infalible, ejecutando cada uno de sus movimientos con extraordinaria frialdad, en un claro desafío a la inteligencia y a las habilidades deductivas de Valentina y del propio lector. La teniente Redondo llegará a dudar de los pasos que debe seguir, porque las sospechas no tardarán en recaer sobre alguien que jamás ha visto pero que, en el fondo, siente que conoce. El peligro es un latido que no se extingue nunca. 

Los misterios de María Oruña recorren los paisajes de Cantabria como si de un manto negro se tratara. En alguna ocasión la autora ha explicado que para ella Cantabria, al igual que Galicia, es infancia, es familia, es su terreno. «El paisaje, más que un personaje, forma parte de la manera de ser de las personas que discurren por las páginas de la novela. El tipo de humor, el carácter, la gastronomía, las costumbres generacionales, que terminan por moldear en cierto modo a las personas.» 

Esta vez las sombras se deslizan por un santuario de agua. El Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo cuenta con una historia centenaria, pues ya en el siglo XVIII las cualidades termales de su manantial eran conocidas y valoradas por muchos, que se beneficiaban de su poder terapéutico en las antiguas casas de baños. 

En la actualidad sigue siendo uno de los complejos termales más conocidos y prestigiosos a nivel nacional y una referencia dentro del sector balneario.

«Mil metros cuadrados y una enorme piscina a treinta y dos grados centígrados con cascadas, cuellos de cisne, burbujeantes camas de agua y varios jacuzzis. Sin duda, la elegancia de las instalaciones y el apacible paisaje que se aprecia desde sus ventanales hacen del Templo del Agua un agradable y lujoso paraíso. Sin embargo, una dramática turbación parece crecer en su interior. Un crimen, brutal y despiadado, acaba de ejecutarse. Su efecto se desparrama por la instalación como si se tratase de una incontenible cascada llena de veneno. El impío delito va a ser descubierto muy pronto. ¿Quién podría imaginar una forma tan terrible de despreciar la vida?»

 

María Oruña (Vigo, 1976) es una escritora gallega que desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado la serie de novelas «Los libros del Puerto Escondido», todas publicadas en Destino: Puerto escondido (2015), un exitoso debut en el género negro; Un lugar a donde ir (2017); Donde fuimos invencibles (2018); Lo que la marea esconde (2021); El camino del fuego (2022), en la que trasladó la investigación a tierras escocesas, y la más reciente Los inocentes (2023). En todas estas historias de misterio, los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado la admiración de cientos de miles de lectores. Es autora también de El bosque de los cuatro vientos (2020), su primer libro independiente de la saga, ambientado en la Galicia natal de la autora. Sus novelas han sido traducidas al alemán, al francés, al italiano y al portugués, entre otros idiomas.