Sánchez se rinde ante un prófugo

Por José A. Mtnez Vega

El PSOE ha conseguido cerrar un vergonzoso acuerdo con el partido de Puigdemont en el que cede a todas las pretensiones de los separatistas catalanes a cambio de sus siete votos para seguir en el poder.

El prófugo de Waterloo está más que satisfecho porque ha conseguido todas sus pretensiones. La principal es la amnistía a los golpistas, que abarcará desde 2012 hasta hoy mismo para evitar que el propio Puigdemont sea procesado por terrorismo, así como por malversación, es decir, por corrupción. Y, además, ha conseguido incluir en el acuerdo la posible celebración de un referéndum en Cataluña para alcanzar la independencia. El PSOE y Sánchez han cedido a todo lo que hasta hace unos días decían que era ilegal y, por tanto, innegociable. Pero, claro, mantenerse en el poder bien vale pagar tan alto precio.

De nada ha servido que socialistas históricos como Felipe González y Alfonso Guerra se muestren contrarios a ese acuerdo, reclamando la repetición de las elecciones. Tampoco ha servido para nada la clara advertencia de la Comisión Europea, que ha mostrado por boca del comisario de Justicia, Didier Reynders, su “preocupación” por una ley de amnistía que pone en peligro el estado de derecho en España. Asimismo, las llamadas de atención del poder judicial a través del pleno del CGPJ y de la APM -principal asociación de jueces- que han avisado que esa ley supone la aniquilación de la Constitución y del imperio de la ley. Traducido y sin edulcorantes, la amnistía que regalará Sánchez a los golpistas supone el fin de la democracia.

No nos cansamos de repetir que el presidente del Gobierno en funciones hará todo lo que esté en su mano para perpetuarse en el poder. A su desmedida ambición hay que sumar su falta de principios y de escrúpulos, por lo que no ha dudado ni un minuto en firmar ese acuerdo de la vergüenza con un prófugo de la Justicia. El que llegó al Gobierno por la puerta de atrás justificando que era para luchar contra la corrupción del PP, ha acabado rindiéndose ante un corrupto, humillando de paso a millones de españoles y a una gran nación como es España.