Sánchez se asoma al abismo

Por: José Antonio Martínez

El PSOE y su líder y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han sufrido una nueva derrota en el Congreso al ver rechazada su proposición de ley de Amnistía por las exigencias de Carles Puigdemont, a quien el texto le parece insuficiente porque ve alejarse la posibilidad de un regreso triunfal a España.

Resulta paradójico que quien propugnaba la amnistía (Junts) haya votado en contra y quien en un principio no quería saber nada de eso por entender que estaba fuera de la Constitución (PSOE) haya votado a favor de la ley. Pero la explicación es sencilla. Los socialistas han tragado con todo lo que se les exigía con tal de mantener a Sánchez en el poder. Por su parte, los independentistas catalanes han lanzado un órdago contra esa ley porque consideran que no se les garantiza el blindaje total frente a las acusaciones de terrorismo y el perdón de los delitos de traición. 

Los de Junts están furiosos con los jueces Manuel García Castellón y Joaquín Aguirre porque llevan varios años investigando las relaciones de los independentistas con el caso Tsunami y sus derivadas con el terrorismo, así como su vinculación con la trama rusa que buscaba desestabilizar España y la Unión Europea mediante su apoyo a los separatistas catalanes. Puigdemont está muy nervioso porque ve que la acción de la Justicia se ha cruzado en su camino. Al mismo tiempo que el Congreso rechazaba la amnistía, el prófugo de Waterloo volvía a arremeter contra los que considera “golpistas de la toga’, precisamente él, que huyó cobardemente después de dar un golpe de Estado declarando la independencia de Cataluña.

La votación del pleno del Congreso en contra de la amnistía ha puesto en evidencia que el Gobierno afronta una legislatura muy inestable. El propio Sánchez se ha convertido en un funambulista sin red por haber elegido unos socios de imposible trato a los que España no les interesa nada. Puede que ya se haya dado cuenta de que nunca se saciarán en sus exigencias, o puede que entre en razón y reconozca que no hay un ‘terrorismo bueno’ como le obligaron a tragar en el colmo de la indignidad de un mandatario. 

Tiene razón el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, cuando avisa al PSOE y a su líder de caminar hacia el “abismo” por haberse mimetizado con el independentismo. Es cierto también que este Gobierno se mantiene “con respiración asistida”, pero Sánchez es consciente de que no se puede permitir más derrotas como la sufrida el martes en el Congreso. Ha ido tan lejos en su ambición de poder que se encuentra en un callejón sin salida. O se lía la manta a la cabeza y blinda a Puigdemont ante sus posibles implicaciones con el terrorismo de Tsunami y con la traición que investiga el juez por sus vínculos con la Rusia de Putin, o admite que así no puede seguir y empieza a plantearse una posible dimisión o convocatoria de nuevas elecciones.