Tim Harford muestra ’50 innovaciones que han cambiado el mundo’

Tim Harford, periodista de la BBC y del ‘Financial Times’, reúne en su nuevo libro las historias detrás de ’50 innovaciones que han cambiado el mundo’ (Conecta), y que ayudan a entender cómo funciona la sociedad actual en la que vive el ser humano.

 

De las 50 innovaciones e inventos que incluye en su lista, hay uno que le llama especialmente la atención: los videojuegos. El autor relata en una entrevista con Europa Press una anécdota sobre la invención del que se considera uno de los primeros videojuegos de la historia: ‘Spacewar!’, diseñado por tres estudiantes del MIT.

 

Según narra, uno de estos estudiantes tuvo una revelación cuando miró al cielo, pues en una noche con el cielo raso, intentó jugar con las estrellas con un mando de ordenador, allá por los años 60. “Es el primer momento en que los ordenadores se convierten en algo tan fascinante; nos hemos acostado y soñado con videojuegos y nos hemos levantado pensando en videojuegos”, señala Harford. “Este momento en el que este tipo miraba las estrellas y veía el juego de ordenador en la realidad es una lección de nuestra vida de hoy, donde miremos donde miremos, hay una pantalla”.

El autor, que niega que su libro sea una compilación de las innovaciones “más importantes”, reivindica, no obstante, el legado del papel que, a su juicio, representa “una de las invenciones que todo el mundo pasa por alto”. “Todos hablan de la imprenta de Gutenberg, pero nadie habla del papel”, lamenta.

“La idea es contar a la gente historias interesantes que enseñen cómo funciona el mundo en el que vivimos, hay líneas muy abstractas de comprender, pero que cuando las unes a los intentos y a los lugares en que se hicieron estos inventos, de repente pasan a ser mucho más interesantes”, asegura sobre su libro.

 

INVENCIONES PERJUDICIALES

El británico destaca estas innovaciones por la manera en que ha cambiado a la sociedad y a la economía, pero reconoce que no todas han sido beneficiosas. “Ha habido algunas innovaciones que han sido perjudiciales, la más obvia es el alambre espino”, considera Harford, que dice que este invento contribuyó a la alineación de las tribus nativas americanas, al estilo de vida de los cowboys tradicionales y estuvo presente en los campos de concentración.

 

Asimismo, incluye en la lista de invenciones perjudiciales el banco y la sociedad limitada –que también recoge en sus ’50 innovaciones que han cambiado el mundo’–, así como aquellos elementos que han dado lugar en “productos derivados complejos”. “Han hecho que el sistema financiero se haya convertido en un sistema con muchísimo más riesgo, que ha contribuido a la crisis financiera de 2008”, argumenta.

Aparte de este tipo de innovaciones procedentes del ámbito económico, incorpora a su listado objetos como el iPhone, el radar, la batería, el plástico o incluso la estantería Billy de IKEA.

 

Sobre esta última, destaca su aportación a la hora de facilitar su acceso a la mayoría y de reducir costes. “A veces, las innovaciones nuevas no son cosas complejas o milagros tecnológicos, es simplemente construir algo nuevo o construir algo de una manera distinta que es más fácil, de transporte más sencillo, con materiales más sencillos y, por tanto, son más baratos y más accesibles a más gente”, justifica así la decisión de incluir este producto en su libro.

DEBATE ÉTICO

 

El periodista niega que aun en la actualidad esté todo inventado. “Siempre estamos descubriendo cosas nuevas, incluso cosas que son muy básicas”, indica Harford, que pone de ejemplo la posibilidad de crear cerebros de silicio que puedan pensar como el ser humano y la idea de que se puedan modificar los genes.

En este sentido, es partidario de que “todo el mundo pueda llegar a la frontera, a la vanguardia”, mejorando aquello que ya existe, al tiempo que hace hincapié en que, al mismo tiempo, “esas fronteras vayan más allá”.

Harford también reflexiona acerca de la utilidad de seguir innovando en un mundo en el que esté casi todo ya inventado y no sea necesario seguir por este camino. Para él, esto supone un “debate ético” sobre cómo las personas utilizan las herramientas y conocimientos existentes. “El ser humano nunca va a parar de hacerse preguntas, los niños siempre van a querer saber más y habrá gente que no perderá ese espíritu, no hay que parar a esta gente”, defiende.

En cualquier caso, está de acuerdo en que la sociedad a veces utiliza estas invenciones de una manera que “no es buena”, pero eso no es motivo para frenar la innovación ni el avance de las tecnologías. “La persona que inventó la escritura no pensaba que muy pronto la gente iba a utilizar la escritura para mentir, para amenazar, podríamos decir lo mismo de cualquier invención”, justifica el periodista, que aboga por incidir en la regulación y en concienciar a las personas para que sean “personas decentes”, ya que la idea de pararlo no cree que sea “sensata”.