Cambio de ciclo en España

Por: José Antonio Martínez 

La jornada electoral del 28-M ha producido un auténtico maremoto político. El PP ha logrado una gran victoria en las elecciones autonómicas y municipales, cuyos resultados marcan un cambio de ciclo que señala el fracaso del PSOE y de Pedro Sánchez, en particular.

El triunfo del PP y de Feijóo es indiscutible. Ha obtenido 7 millones de votos, 2,25 millones más que en 2019, y supera por 750.000 votos al PSOE.  Ayuso y Almeida han arrollado en Madrid, alcanzando la mayoría absoluta en la Comunidad y en el Ayuntamiento de la capital. A ello se suma que el PP recupera la Comunidad Valenciana, Baleares, Aragón, La Rioja, Cantabria y Extremadura, además de retener Murcia, de tal manera que Feijóo se pone a favor del viento para disputar la presidencia del Gobierno a Sánchez en las generales de diciembre. 

Y es que la derrota del PSOE ha sido estrepitosa. Pierde casi 500.000 votos y la joya de la corona: la Comunidad Valenciana, así como Aragón, Baleares y La Rioja y las alcaldías de Sevilla, Palma y Valladolid, además de no conseguir Barcelona, su gran objetivo en Cataluña. Al asumir todo el protagonismo durante la campaña electoral cabe atribuir esta gran derrota a Sánchez, que sale muy debilitado de estas elecciones.

Vox, por su parte, sale reforzado porque se erige como socio necesario para la gobernabilidad del PP en cinco comunidades y 18 ayuntamientos de capitales de provincia. Abascal considera que los 1,6 millones de votos alcanzados le consolidan como proyecto nacional e imprescindible para “la alternativa”, aunque ha avisado al Partido Popular de que no espere regalos.

En el lado oscuro se sitúa Podemos, que ha registrado un fuerte batacazo al desaparecer del arco parlamentario en Madrid y la Comunidad Valenciana y casi en Baleares. Ahora, los Iglesias, Belarra y Montero tendrán ocasión de reflexionar tras el rechazo de los españoles a sus políticas y discursos, basados en el odio y el enfrentamiento. Podemos se diluye estrepitosamente en la antesala de las generales. Ciudadanos, por su parte, ha sellado su desaparición de todos los parlamentos autonómicos, confirmando todos los pronósticos.

Una mala noticia sin duda es que Bildu ha ganado en las elecciones municipales vascas con 366.000 votos, desplazando al PNV. Resulta sangrante, además, que 15 condenados de los 44 terroristas de ETA que concurrían en las listas de Bildu hayan logrado escaños, dos de ellos con delitos de sangre. Estos resultados auguran un vuelco en las elecciones autonómicas del País Vasco, donde es muy previsible que veamos a Otegi de lendakari, con el apoyo de los socialistas. Triste, muy triste. Puede que el PNV se esté lamentando de su apoyo a Sánchez en la moción de censura que acabó con Rajoy.

En definitiva, las elecciones del 28-M abren un panorama político muy diferente, con un PP triunfador, aunque necesite apoyos de Vox, y un Sánchez que ha sido duramente castigado. Al tener una clara connotación nacional, estos comicios indican el fin de un ciclo socialista, que ha estado marcado por las mentiras y la indignidad de gobernar con los herederos de ETA, los golpistas separatistas y los podemitas, incansables en su objetivo de convertir España en la Venezuela de Maduro. Por todo ello, los españoles le han mostrado a Sánchez el camino de salida seis meses antes de las elecciones generales.