El Museo Thyssen presenta ‘Hiperreal. El arte del trampantojo’

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha presentado su nueva exposición ‘Hiperreal. El arte del trampantojo’, una revisión del género a través de más de 106 obras que pone en evidencia los temas más representativos de la pintura de caballete.

“El trampantojo ha tenido una reputación de arte para bobos, sobre todo en el siglo XIX, era como un género para gente ingenua”, ha expresado el director artístico, Guillermo Solana, durante su intervención en la rueda de prensa.

Así, ha señalado que el trampantojo “puede funcionar como una ilusión para todos”, matizando sin embargo que puede ser el género “más filosófico porque es metapictórico”. “Reflexiona sobre la ficcionalidad de la pintura, reflexiona sobre los límites que se separan las fronteras de la representación y la realidad”, explica.

En este sentido, ha asegurado que en la exposición “hay una cierta impresión inicial de caos, pero no hay que dejarse engañar tan fácilmente” y la ha definido como “un caosmos”, “una mezcla de caos y orden”, explica.

Por otro lado, ha destacado que el efecto “da para mucho rato, ya que la mirada del trampantojo tiene que ser muy lenta”, señala. “Una de las cosas que nos preguntamos estos días es si no tendremos problemas con el tiempo que la gente va a dedicar a pararse delante de cada cuadro, porque cada cuadro merece una mirada miope acercándose mucho”, puntualiza.

NUEVE SALAS CON SIETE SIGLOS DE HISTORIA DEL TRAMPANTOJO

‘Hiperreal. El arte del trampantojo’ es una exposición comisariada por la jefa de conservación de pintura antigua del Museo Thyssen, Mar Borobia. “Esta exposición es el resultado de la búsqueda de un tema. Cuando planteamos la exposición, buscábamos un tema que fuera atractivo –por supuesto que tuviera razón con la colección– y sobre todo que pudiera enlazar con una serie de tendencias actuales”, ha informado Borobia.

Según ha explicado, el arco cronológico de la muestra abarca desde el siglo XV hasta el XXI, pero las obras se presentan ordenadas por materias y escenarios, independientemente de su fecha de ejecución, para poder así resaltar la continuidad del género, que se prolonga hasta la actualidad. “Es un tema que nos ha permitido reunir siete siglos de historia del arte con un planteamiento transversal”, destaca.

A su vez, ha desvelado que “lo más dificil” de la exposición ha sido la selección de obras. “Me puse a trabajar en 2018, y hubo momentos tremendos porque empezamos a recopilar imágenes y llegamos a manejar 250 imágenes”, comenta.

‘Hiperreal. El arte del trampantojo’ reúne 106 obras divididas en 9 salas. La primera sala, ‘Puesta en escena’, está dedicada al bodegón y la naturaleza muerta, “el género por excelencia del trampantojo”, subraya Borobia. Aquí se puede observar obras como ‘Bodegón con uvas y un pájaro’ (1510) de Antonio Leonelli, ‘Bodegón con cuatro racimos de uvas’ (1636) de Juan Fernández o ‘Naturaleza muerta con pájaro’ (1795) de Jean Démontreuil.

El recorrido continúa con ‘Figuras, encuadres y límites’, una sala sobre el engaño a través del marco pintado que recoge cuadros como ‘Retrato de un hombre con una sortija’ (1477) de Francesco del Cossa o ‘Retrato de un hombre’ (1500) de Raffaellino del Garbo.

La tercera sala es ‘Huecos para curiosos’ en donde se observan representaciones de hornacinas, ventanas o armarios. Le sigue ‘Muros fingidos: tablones y paredes’, convertidos en escenarios para exhibir objetivos que muestran la pericia del pintor, y muestra cuadros como ‘Documentos de la tesorería del Ayuntamiento de Ámsterdam’ (1656) de Cornelis Brisé o ‘Naturaleza muerta con pertrechos de caza’ (1665) de Johannes Leemans.

Posteriormente, se encuentran las salas ‘Desorden perfecto’, ‘Llamada a los sentidos’ y ‘Renovación americana y su estela’, con obras de artistas como Samuel Van Hoogstraten, Pierre Gilou, Daniel Seghers o José Perez Ruano.

“En la sala ‘Renovación americana y su estela’ se produce un cambio de ritmo en la exposición, a partir de este momento empieza a tomar relieve la pintura moderna y la pintura moderna pasa a segundo plano”, ha explicado Borobia.

‘Trampantojo moderno’, es la octava sala y contiene piezas que muestran la habilidad y la imaginación de sus autores para sorprender, con especial atención a los siglos XX y XXI. Se encuentran obras de Salvador Dalí, César Galicia, Manuel Franquelo o Antonio López.

Finalmente, la muestra concluye con una obra del escultor Isidro Blasco, ‘Tren elevado en Brooklyn’ (2022). Según ha señalado Borobia, la obra “tiene el poder evocador” para trasladar al público a una calle de Nueva York. “Isidro trabajó en ella durante dos años, elaboró bastantes maquetas. Le pedimos que tuviera una conexión con el mundo de los graffitis, el mundo que se desarrolla en la calles, y al final ha hecho un puzzle, donde todo encaja perfectamente, de cerca de 200 piezas”, ha apostillado Borobia.

 

Imagen: Christoffel Pierson. Aparejos de cetrería en un nicho, hacia 1660-1670. Washington, National Gallery of Art. Patrons’ Permanent Fund. © National Gallery of Art, Washington.