Cuestión de principios
Por: José Antonio Martínez
Como estaba previsto, Alberto Núñez Feijóo ha perdido la primera votación de su investidura como candidato a la presidencia del Gobierno. Lo que a primera vista podría parecer una derrota, no es tal. Tras dos días de debate en el Congreso el líder del PP ha salido reforzado porque ha demostrado tener principios. Lamentablemente, quien no los tiene está llamado a seguir gobernando, eso sí, pagando un alto precio a los enemigos de España.
Feijóo ha aprovechado la ocasión que le ofrecía el debate de investidura para presentar al país un programa de gobierno serio, basado en garantizar la igualdad, la libertad y la dignidad de los españoles. Un programa que pasa por afianzar la unidad de España, el cumplimiento de las leyes y con la defensa de la Constitución como eje principal. Con unas propuestas en el plano económico que buscan por encima de todo mejorar el bienestar general de los ciudadanos, con especial atención a los más desfavorecidos.
El candidato del PP -al que la izquierda le negaba el derecho a intentar la investidura pese a ganar las elecciones del 23-J- ha demostrado que en España hay un proyecto alternativo “que construye sobre lo que nos une en lugar de cimentar sobre lo que nos separa”. Una alternativa seria al Gobierno de Sánchez, rehén de unos socios que le exprimen para conseguir fines ilegales e inconstitucionales. “Soy una persona de fiar”, proclamó Feijóo, en contraposición a un Sánchez que no ha cumplido nunca sus promesas, un personaje al que sólo le importa seguir instalado en el poder al precio que sea.
En esas circunstancias no debe sorprender que el actual inquilino en funciones de la Moncloa se escondiera en el debate de investidura y no se atreviera a dar la cara ante Feijóo. “Sánchez me pedía seis debates y ahora no es capaz del segundo”, le espetaba el candidato del PP, tras comprobar que la réplica del PSOE le llegaba a través de un diputado sentado en la quinta fila del Congreso. Los socialistas celebraban la estrategia porque habían “descolocado” a Feijóo, cuando lo que habían conseguido era constatar la cobardía de su jefe de filas, incapaz de mirar a la cara al líder del PP.
¿Cómo iba a enfrentarse Sánchez en un cara a cara? La pregunta de Feijóo tras oír la proclama del independentista Rufián era contundente: ¿Amnistía sí o no? , ¿referéndum sí o no? Pero, claro, el aspirante a revalidar la presidencia del Gobierno no puede responder a esa pregunta porque es rehén de Puigdemont y del resto de los condenados por sedición, a quienes ya les ha prometido tanto la amnistía como el referéndum de autodeterminación de Cataluña, pasando por encima de las leyes y la Constituición.
Y esa es la principal diferencia entre Feijóo y Sánchez. Mientras el primero ha dejado bien claro que prefiere renunciar al Gobierno para no tener que pagar el precio de la amnistía, el segundo ha demostrado que los únicos principios que guían su acción política son los de seguir mandando como sea. Posiblemente Sánchez conseguirá sacar adelante su ambición, pero será a costa de ser rehén de 24 partidos que lo único que les úne es su deseo de romper España. Feijóo ha retratado a Sánchez en este debate, donde se ha visto a un cobarde, además de ambicioso y soberbio, al frente del Gobierno.